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Crónica:Fútbol | 37ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La Real prolonga la agonía

El equipo donostiarra, incapaz de ganar al Racing, ni de penalti, sueña con errores ajenos

La Real tropezó con todos sus fantasmas: con los marcadores ajenos a su favor, con el Racing jugando con nueve futbolistas los últimos minutos y con un penalti en el minuto 88, fue incapaz de ganar, lo que le acerca un poquito más a segunda división aunque sus contrincantes le evitaron el tiro de gracia. Todo se resolverá en Valencia.

Cuesta trabajo aguantar las pulsaciones en partidos con marcadores múltiples. Se quiera o no, la Real era consciente de lo que pasaba en el marcador electrónico, fuera por los lamentos o lo aplausos de la grada, fuera por el banquillo. Porque la Real descendía o se mantenía según el paso de los minutos. Y en ese vaivén, la Real escondía el futbol en su taquicardia, mientras el Racing, más tranquilo, pero no menos tenso, se dedicaba a bailar el balón con más sentido, alguna profundidad y algún remate. De casi todo se encargaba Serrano que era capaz de sacar el balón de la defensa, jugarlo en el centro del campo y esperarlo en el pico del área. La Real era todo corazón, tanto corazón que le llevaba a fallar dos remates clarísimos de Estrada y Díaz de Cerio, fáciles, francos, siempre aprovechando el paso sublime de Savio. Y el corazón le llevaba a enzarzarse en pendencias absurdas, seguidas de tarjeta y amenaza de fracaso, mientras el público sufría y se alegraba en la grada con los goles a favor y en contra del Athletic (la frontera de la salvación) que ole daban la vida o le condenaban a muerte.

REAL SOCIEDAD 0 RACING 0

Real Sociedad: Riesgo; Gerardo, Ansotegi, Víctor López, Rekarte; Garitano, Juanito (Mikel Alonso, m. 66); Estrada (Novo, m. 74), Kovacevic, Savio; y Díaz de Cerio (Herrera, m. 66). No utilizados: Bravo, Stevanovic, Aranburu, y Mikel González.

Racing: Calatayud; Pinillos, Rubén, Alfaro, Cristian Fernández; Cristian Alvarez (Melo, m. 63), Antonio Tomás (Vitolo, m. 78), Colsa, Serrano; Juanjo (Balboa, m. 75) y Munitis. No utilizados: Toño, Oriol, Luis Fernández y Momo.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Expulsó a Melo (m. 86) y Vitolo (m. 88) y amonestó a Kovacevic, Diaz de Cerio, Ruben, Cristian Fernandez, Pablo Alfaro, Antonio Tomás, Pinillos y Munitis.

Unos 25.000 espectadores en el estadio de Anoeta.

Pero lo único cierto es que la Real, con las pulsaciones por las nubes, no estaba haciendo su trabajo y para colmo pifiaba en defensa lo justo para ponerse cardíaca. Anoeta confiaba en esos ratos que de vez en cuando le dedica el equipo en los arranques de las segundas partes. Pero entre el orden del Racing y la aceleración blanquiazul, el partido discurría más tiempo en las zonas anchas del campo y lejos de las áreas. La tuvo Kovacevic tras un recorte precioso que le permitió disparar dentro del área para probar los reflejos de Calatayud. El portero aprobó el examen. Metió el brazo y envió el balón por encima del larguero. El futbol, fútbol era cosa de Savio y de Óscar Serrano. Los dos juegan por el costado izquierdo, pero los dos tienen la suficiente jerarquía y calidad para convertir su espacio en la zona neurálgica del partido. Ellos ponían la cabeza y las piernas, al resto le correspondía el corazón. Al resto y a la grada, que vibraba más con el marcador ajeno que con el propio. Y como el marcador ajeno estaba loco, pues la Real se volvía un poco más loca, poniéndolo todo en cada acción, comiéndose el campo, pero sin la profundidad necesaria como para agobiar a un Racing que no perdía la compostura y disputaba el balón como si fuera el primero de la Liga.

Las derrotas del Betis y el Athletic le daban media vida, y la victoria del Celta le quitaba un cuarto. El lío era monumental, pero a la Real le faltaba el gol que le permitiera ir el domingo a Mestalla más cerca de sus rivales directos. Un gol que le permitiera incluso jugar con la posibilidad de un empate en Valencia para dilucidar posibles empates a dos a tres o a cuatro.

Era un juego misterioso, tembloroso, lleno de incógnitas en espera de un desenlace inesperado. E inesperado podía ser cualquier cosa. Que marcara la Real, que achuchaba con frenesí, o que marcara el Racing que contragolpeaba con mucho espacio. Y entre medio la permanencia. Y un remate al larguero, en un córner, y la decepción absoluta cuando Calatayud despejó un penalti lanzado por Savio en el minuto 88.

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