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Crónica:Fútbol | 34ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Betis remata la decadencia del Barça

El equipo azulgrana cede el liderato exhibiendo una enorme inseguridad, castigada al final con el gol del empate de Sobis

Ramon Besa

Desvencijado, el Barcelona cedió también el liderato de la Liga, de manera que se ha quedado desnudo, a merced de la hinchada, que sacó finalmente el pañuelo como muestra de cabreo por tanto extravío en un año de continuos fracasos. Ha ido cediendo el equipo por los distintos campos hasta caer en su propia cancha frente a un rival menor en un partido sencillo. Así de cruel es la decadencia del Barça. El encuentro resumió a la perfección el desplome azulgrana. La afición acude temerosa al campo, los jugadores se espantan incluso con un gol a favor, el rival toma aire con el tiempo y el entrenador se equivoca con los cambios. Ayer cargó con el empate en el penúltimo minuto, cuando Rijkaard había sustituido a Ronaldinho y Messi, signo inequívoco del pánico, la desconfianza y la confusión que embarga hoy al barcelonismo.

BARCELONA 1 - BETIS 1

Barcelona: Valdés; Zambrotta (Belletti, m. 46), Puyol, Thuram, Gio; Xavi, Iniesta, Deco; Messi (Saviola, m. 74), Eto'o y Ronaldinho (Edmilson, m. 66). No utilizados: Jorquera, Gudjohnsen, Ezquerro y Oleguer.

Betis. Contreras; Ilic, Juanito, Melli, Isidoro; Capi, Voguel; Odonkor (Robert, m. 70), Rivera (Assunçao, m. 59), Fernando (Sobis, m. 62); y Edu. No utilizados; Toni Doblas, Nano, Miguel Ángel y Fernando Vega.

Goles: 1-0. M. 5. Melli derriba a Deco dentro del área y Ronaldinho, a media altura y a su izquierda, transforma el penalti. 1-1. M. 89. Assunçao saca rápido una falta que pilla desprevenido al Barça y que le llega a Sobis, que bate por raso al meta Valdés.

Árbitro: Iturralde González. Mostró la cartulina amarilla a Odonkor, Edu, Gio, Eto'o y Voguel.

77.700 espectadores en el Camp Nou.

Los rivales aspiran a que el Barça se condene en una jugada tonta ya que le puede la impaciencia
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Pañolada en el Camp Nou
Ronaldinho, gol y relevo

Aunque se rindió ayer, el encuentro fue uno de tantos que auguraban la claudicación del Barça, expuesto a un accidente cada día. La reacción del socio fue incluso atemperada, como si prefiriera abdicar anoche antes que en la última jornada, presa como se siente de la fatalidad, entregado a la desdicha, liberado de la carga que supone defender un liderato cuestionadoy caduco. El Betis tuvo simplemente más suerte que el Mallorca o el Levante en la última jugada. El Barcelona pierde los puntos justamente en el momento en que los gana el Madrid más que nada porque en cada partido del Bernabéu se celebra una boda mientras que en el Camp Nou se oficia un funeral. De derrota en derrota, el Barça parece dispuesto a firmar de manera irremediable la derrota final.

La caída de Getafe y la heroica del Madrid resultaron demasiada carga para un Barcelona desfondado físicamente, desorientado tácticamente y desmotivado psicológicamente. La fe blanca se alimenta precisamente de la sinrazón azulgrana, que ahora deberá asumir el rol de aspirante porque después de perder todos los títulos a excepción de la Supercopa ya no le queda ni siquiera el liderato de la Liga. Un empate bastó para descabalgarle del trono en su propio feudo, todavía invicto, y sin embargo presidido por la bandera blanca.

No hubo mucha carga ambiental en la grada, medio enfadada y medio embobada, porque los aficionados alternaban más o menos a partes iguales con los turistas y la rechifla mezclaba con la ovación, y el Barcelona se arrancó con un buen partido. Jugaba fluido, rápido y aseado. Así acostumbra a ocurrir cuando manda Iniesta. En tiempos de crispación, al equipo le conviene más la serenidad y precisión del volante manchego que la pegada y contundencia de cualquier medio centro de tallo largo, sobre todo en el estadio, exigente con sus futbolistas. Alrededor de Iniesta, el Barça se desplegó fácilmente hasta alcanzar el gol nada más empezar con un penalti de Ronaldinho.

Tocaba bien Iniesta, desequilibraba Deco y remataba Ronaldinho, para suerte del Barça, tan limpio en ataque como sucio en defensa, expuesto a cualquier remate por la falta de organización, circunstancia que decía muy poco a favor de un líder. Al Betis le faltó munición para saquear a la zaga azulgrana, pendiente a menudo de una intervención de Puyol, cuyo protagonismo resulta desmesurado. El plantel barcelonista transmitía un preocupante punto de inseguridad que rebajaba el buen tono vital de la línea de ataque, puesto que al menos se contaron seis ocasiones en la portería de Contreras antes del descanso.

Más que el gol, Eto'o buscaba la jugada del partido mientras Ronaldinho ponía centros más que remates. Únicamente Messi parecía fuera del choque, empeñado en repetir el gol maradoniano que le endosó al Getafe, entregado a una pelea con el campo, que generalmente se le acababa antes de tiempo, y con el rival, que se multiplicaba hasta rebanarle la pelota, excesivamente chupón. El marcador, como ya es costumbre, era mezquino con la productividad azulgrana para suerte del Betis. La mayoría de los rivales aspiran simplemente a que el Barça se condene en la jugada más tonta mientras le puede la impaciencia porque el segundo gol se le resiste de forma reiterada

Así que los encuentros se le hacen muy largos y pesados. El de ayer no fue una excepción. Fue menguando su fútbol y se creció el Betis, mejorado con los cambios, más valientee, dispuesto a competir incluso por la pelota. El miedo cerval de cada jornada alcanzó ayer a Rijkaard, que quitó a Ronaldinho por Edmilson y prefirió a Saviola antes que a Messi, cambios que retrataron la indefinición azulgrana en un momento decisivo del campeonato. El gesto animó al Betis hasta alcanzar el empate a la salida de una falta mal defendidas. A nadie le extrañó. Aunque pasó ayer, pudo ocurrir en cualquier otro partido. Incapaz, el Barça entregó el maillot de líder para pasar a ejercer de aspirante. A falta de argumentos futbolísticos y con Ronaldinho en el banquillo, hay que cambiar de papel para intentar remontar la situación. Mal asunto. Tieso está el Barça.

Rijkaard consuela a Puyol al término del partido.
Rijkaard consuela a Puyol al término del partido.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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