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Crónica:DE LA NOCHE A LA MAÑANA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Como cabras en Penyagolosa

La excursión

Siguiendo el curso del río Carbo, e ntre la cascada y su bajada al valle, reconforta pensar que esos parajes jamás serán destruidos, aunque sólo sea por la dificultad de enladrillar con ventaja terrenos tan abruptos

Una magnífica excursión de cuatro días y con siete niños por las tierras sagradas de Penyagolosa estuvo a punto de estropearse del todo por dos circunstancias de muy difícil previsión. Primero porque la subida a la cumbre se endureció hasta el extremo en sus tramos finales, debido a que a alguien del grupo le dio por subir a la brava, un tanto a la manera de las cabras, y coronamos totalmente exhaustos para bajar enseguida porque la niebla nos caía encima. Y segundo porque un tipo mala sombra de nuestro grupo parecía tener el don de atraer la lluvia, de manera que bajo un sol pasable salíamos de casa y de inmediato nos pillaba el chubasco, volvíamos a la casa, lo volvíamos a intentar, y de nuevo corriendo a casa. Y así hasta el último día, cuando el tipo en cuestión hizo alarde de sus poderes y nos obsequió, en plena excursión por el río, con una breve pero espléndida nevada, así que no volvimos a intentarlo siquiera.

Es Bush, estúpido

Se comprende que George Bush no quiera pasar a la historia como el presidente que perdió una guerra tan atroz como la de Irak, y también por ello es comprensible que vete una resolución del Congreso que incluye entre otras cosas un calendario de retirada de las tropas y un recorte en la asignación presupuestaria. Como es lógico, el todavía presidente ha calificado el proyecto de ley del Congreso de "receta para el caos y la confusión", como si Irak fuera ahora mismo un remanso de paz y no el lugar más peligroso de la tierra. Claro que el presidente confía en que los demócratas no se atreverán a ir hasta el final en este asunto, pero llama la atención que uno de los presidentes más lerdos del planeta disponga de la autoridad suficiente para vetar un acuerdo del Congreso en la medida en que no le beneficia, como si los postreros intereses del señor Bush deban imponerse a la evidente necesidad de pacificar la zona cuanto antes.

La Pantoja, pobre

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La otra mañana casi todas las cadenas generalistas estaban con la trifulca de la detención de Isabel Pantoja, tertulias y esa clase de cosas, mientras las imágenes repetían una y otra vez unas pocas tomas en las que se veía sucesivamente a una Pantoja encantada de haberse conocido, del bracete de Julián Muñoz, que ya son ganas, y en otras arremetía contra las cámaras con la ayuda de un par de fornidos guardaespaldas. El PP, como natural, iba también a la suya, y denunciaba la detención como una maniobra distractiva del Gobierno para que la gente se olvide de Otegi y De Juana Chaos, o algo por el estilo, y mientras tanto, en Chile, las cajeras de una cadena de supermercados hacen jornadas de nueve horas seguidas sin poder abandonar su puesto, de modo que se han visto forzadas a incluir el bragapañal desechable en su vestuario, recurso al que sin duda todavía no se ha visto obligada Isabel ni, mucho menos, Julián Muñoz, aunque quién sabe si Ángel Acebes lo conseguirá algún día.

Todo un mérito

En algo tenía que ser pionera de verdad y sin asomo de duda esta Comunidad, y así al ex alcalde popular de Pego, el gran Carlos Pascual, le ha cabido el honor de ser el primer enchironado por delito ecológico. El hombre se dedicó desde su cargo público a quemar vegetación del marjal Pego-Oliva, además de a rebajar alegremente el nivel del agua del humedal, extraer agua valiéndose de bombas y construir caminos y diques para que los vehículos pudieran adentrarse por donde no debían, todo a fin de recuperar cultivos de arroz y encarecer los precios de las fincas particulares. Bien está lo que bien acaba, para el marjal, aunque la cosa quizás no está resuelta del todo, ya que su partido no ha vacilado en presentar a la esposa de este delincuente ecológico como candidata a la alcaldía en las próximas elecciones, por lo que el marjal y sus habitantes todavía no están a salvo del todo.

Y también menos impuestos

Francisco Camps está dispuesto a pasar a la historia como el mejor de todos los presidentes valencianos, así que promete también una bajada general de los impuestos caso de que repita en el cargo, lo que por otra parte da por hecho. Por prometer que no quede. Lo que no explica, ya que realmente carece de explicación posible, es cómo va a liquidar la deuda que acumula la Generalitat, ni si esa bajada de impuestos servirá en algo a Rita Barberá para invertir los catorce millones de euros en pisos sociales o terrenos a lo que le obliga la sentencia del Supremo. Y eso sin mencionar que si se bajan los impuestos quizás no haya margen de presupuesto suficiente para las partidas de obras emblemáticas, lo que bien mirado sería un cierto regreso a la cordura.

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