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Las nucleares británicas analizaron en secreto tejidos de 65 trabajadores

La compañía British Nuclear Fuels (BNFL), que gestionó varias plantas nucleares del Reino Unido, incluida la polémica instalación de Sellafield, investigó en secreto entre 1962 y 1991 los tejidos de al menos 65 trabajadores de la industria nuclear, la mayoría ya fallecidos, sin el permiso previo de sus familiares. Aunque casi todos los análisis se llevaron a cabo con permiso judicial, el caso ha levantado gran polvareda política, porque afecta a la nuclear más polémica del país y porque recuerda al escándalo que estalló en 1999, cuando se supo que un hospital infantil de Liverpool había almacenado en secreto entre 1988 y 1995 más de 100.000 segmentos de cuerpos, órganos y fetos completos en 200 instalaciones del Servicio Público de Salud (NHS).

El ministro de Industria, Alistair Darling, tuvo que acudir a la Cámara de los Comunes a dar explicaciones y anunció la apertura de una investigación independiente que conducirá el abogado Michael Redfern, que ya investigó el caso de Liverpool. Los sindicatos, que creen que detrás de este asunto "se esconde algo raro", aplauden esta investigación.

El ministro advirtió que, dada la antigüedad de los análisis, que en algunos casos se remontan 45 años atrás, no hay ningún registro de por qué se llevaron a cabo.

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