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EE UU adelanta el horario de verano para ahorrar energía

Yolanda Monge

Hay quienes creen que se llegará incluso a reducir el crimen al robarle una hora a la noche; los aficionados al béisbol podrán ahora ir a las canchas tras el trabajo y las empresas de dulces ya se frotan las manos porque consideran que los niños reclamarán más chucherías en Halloween al contar el día con más horas de luz.

Todo esto será posible debido a que Estados Unidos y Canadá -que se sumó más tarde a la medida- han decidido adelantar en tres semanas su paso al llamado horario de verano, que bien podría ahora llamarse "horario de primavera", y retrasar una semana el paso al horario de invierno, que este año se hará el 4 de noviembre en lugar del último domingo de octubre, como se producía anteriormente.

A las dos de la madrugada del pasado domingo (en la costa este de EE UU), todos los relojes debían adelantarse una hora. Hasta ahora, esa medida se producía -como en el resto de los países que usan horario de invierno y verano- el primer domingo de abril. Pero hace dos años, la Cámara de Representantes decidió, por iniciativa del senador demócrata Edward Markey y el republicano Fred Upton, adelantar tres semanas el cambio de hora para reducir así el consumo de energía.

Ahorro energético

Para los defensores del cambio horario, la medida traerá desde la reducción de los gases que producen el efecto invernadero y el ahorro de energía hasta las bondades de disfrutar antes de las barbacoas en los patios de los hogares norteamericanos. Pero medida tan sencilla ha provocado que se hable incluso de un miniefecto 2000, ya que los responsables de los sistemas informáticos corporativos han debido poner a punto un software que en muchos casos estaba diseñado para cambiar la hora automáticamente en la fecha antigua.

Las quejas han llegado desde los más diversos sectores. Los judíos ultraortodoxos, que esperan al amanecer para comenzar sus rezos, reniegan de la ley, ya que ahora sus plegarias se iniciarán más tarde. Los agricultores han puesto el grito en el cielo al perder una preciosa hora de luz mañanera y los ganaderos afirman que tendrá efectos perversos para el ganado. Y las compañías aéreas se quejan de que perderán millones de dólares al desincronizarse sus horarios con los europeos.

Según el senador Markey, citando datos del Consejo Americano para una Economía de Energía Eficiente, la ley aprobada en 2005 se traducirá en la reducción de 10,8 millones de toneladas métricas de emisiones de carbono en los próximos 13 años. Los científicos unen de manera directa el dióxido de carbono al calentamiento global y el cambio climático. Sin embargo, la cifra de 10,8 millones, a pesar de parecer alta, no puede sino palidecer en comparación con los 5.900 millones de toneladas de emisiones de CO2 que EE UU emitió en 2004, según el departamento de Energía.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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