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El modelo de Gracia

Aunque llame la atención por su contundencia, la renovación del modo de moverse en Vitoria no es una novedad. Son muchas las ciudades europeas en las que se han puesto en marcha medidas disuasorias para el uso del automóvil. Algunas, de carácter punitivo como la que funciona en Londres, donde se cobra por entrar en el centro de la ciudad una cantidad considerable, sin olvidar las tarifas desorbitantes de los aparcamientos.

En Vitoria, la opción es disuasoria, siguiendo el modelo que ya se ha instalado en el barrio barcelonés de Gracia, el principal ensanche de la ciudad. Allí se puso en práctica una peatonalización mixta similar a la que se puede encontrar también en algunas calles de San Sebastián, pero en forma de lo que Salvador Rueda, el director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, llama "supermanzanas". Se trata de entramados de ciudad en los que el peatón se ha convertido en ciudadano. "Fueron necesarias muchas reuniones previas, con comerciantes, asociaciones de vecinos y otros grupos. Había que superar cualquier tipo de recelo", recuerda Rueda.

"Ahora, el barrio se ha humanizado, la gente ha recuperado la calle, se saluda, charla...", añade. Sin embargo, el comerciante Javier Mendoza no puede evitar seguir siendo escéptico en cierta manera: "Creo que la tendencia al autismo social de los ciudadanos de hoy no va a facilitar ese cambio, pero también es cierto que no puede ser que el 80% de la ciudad esté ocupado por el coche".

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