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Reportaje:

"No voy a arriesgar mi rodilla"

Eto'o regresa a los entrenamientos del Barça sin sentirse un salvador

Àngels Piñol

Y el día llegó. Samuel Eto'o, el hombre más añorado del Barça, regresó ayer al Camp Nou para reincorporarse a la actividad azulgrana. Fue sólo una primera toma de contacto en el campo de apenas 45 minutos, suficientes, dijo, para recobrar el aroma de sentirse futbolista. "Me he levantado nervioso. Todo ha sido un poco raro. Hasta con las botas me he sentido como un pato", bromeó algo conmovido. Casi cuatro meses después de aquella imagen en la que, tumbado en el césped de estadio del Werder Bremen, señaló con el dedo índice la rodilla que le crujió, el camerunés no despejó el gran interrogante que aguarda expectante la afición azulgrana: que no sabe cuándo volverá a jugar. "Quiero hacer este deporte durante mucho tiempo. Es mi vida y mi pasión y no estoy dispuesto a arriesgar mi rodilla por dos o tres días y volver y tener que parar", dijo Eto'o que, con una sutilísima ironía, señaló no sentirse salvador de nada: "No puedo ser un salvador si a uno no se le reconoce lo que he hecho antes. Sólo debo hacer lo mío para que mis compañeros, el club y el entrenador estén contentos".

"Sé lo que soy y lo que represento en el club. Quien dude puede coger mis números"
"Durante una lesión, estás en la cama horas y horas, y crees que nunca se va a acabar"

Quizá no se siente reconocido porque los grandes trofeos individuales y los grandes elogios siempre se los lleva Ronaldinho. Pero ayer, cuando se le preguntó si, con su ausencia, se había constatado su importancia en el equipo, afirmó: "Sé lo que soy y lo que valgo en el Barça. Y si alguien duda, es su problema. No tengo que demostrar nada y quien dude, que mire los números". Y éstos son demoledores porque aporta una media goleadora de 30 goles por curso (29 su primer año; 32 el segundo) que ahora el Barça, con sólo cinco goles en otros tantos partidos, necesita más que nunca. Pero las urgencias no le harán precipitarse. El técnico Frank Rijkaard le apoyó: "Es una buena noticia que esté aquí. Aún necesita tiempo para recuperarse del todo. No hay que forzar y apretar demasiado. Habrá que esperar y que se sienta bien y con confianza".

Pese a todo, Eto'o se ha recuperado a una velocidad meteórica porque casi ha recortado en un mes el periodo de rehabilitación desde que decidió que se le recompusiera el menisco en lugar de extirparlo. La decisión implicaba ampliar de tres a cinco meses el tiempo de baja, pero vuelve a entrenar en menos de cuatro. "La rodilla ha fijado la pauta. Había días que se me hinchaba y tenía que dejar de correr", detalló el camerunés. Pero ya no le dolía y ayer se marcó con un círculo rojo la fecha del 15 de enero. El día que volvía al campo para una primera toma de contacto, el día que ya pudo "meter un gol", dijo sonriendo, en un ensayo o a puerta cerrada para trabajar con tranquilidad y "serenidad".

Vestido con una americana y camisa negra, el delantero no estuvo solo en su vuelta al Camp Nou captada por decenas de cámaras y focos. En una esquina de la sala de prensa le escuchó su agente, José María Mesalles; Alejandro Echevarría, el ex directivo del Barça cuñado del presidente Joan Laporta; además de Puyol y Jorquera. Y muy pronto dijo: "Quiero dar las gracias a quienes me han ayudado en este largo y difícil camino: a José; al todopoderoso Alejandro, gran amigo y gran persona; a Gordi, y a Emili Ricart, el fisioterapeuta que ha sido y será mi sombra. Su ayuda no tiene precio".

Diplomático y relativizando la crisis de juego azulgrana -"todo son rachas"-, el delantero dijo convencido que ha echado más de menos al Barça que al revés, aunque recordó que él no se fue lejos a curarse. Como mucho, a Mallorca. "Mi vida es el fútbol y mis compañeros. Y me he sentido raro porque durante una lesión lo pierdes todo. No tienes donde mirar y debes acostumbrarte a una nueva vida como estar en la cama horas y horas. Y crees que nunca va a acabar", confesó. No piensa en el pichichi, ese trofeo que tanto quiere: "No es mi meta

[lleva cuatro goles frente a los 15 de Kanoute]. No tengo ansiedad y sólo quiero superar lo que hice el año pasado, tanto en goles como en ayudar a mis compañeros".

Eto'o se fue en la jornada cuatro con la Liga metida en un puño (el Barça era líder con 10 puntos, empatado con Madrid y Valencia; el Sevilla tenía 9) y se la encuentra igual: con el Sevilla líder, con dos puntos más que Barca y Madrid, y con tres más que el Valencia. "Da gusto ver esta Liga. No me esperaba que el Mallorca ganara en Sevilla (1-2). La Liga es muy larga y el equipo que esté mejor en la recta final será el campeón", dijo.

Ahora aguarda su momento y no vivir nunca más otro como aquel día en que el Chelsea empató en el Camp Nou en la prolongación (2-2): "Cuando vi que no podía ayudar a mis compañeros, sentí una impotencia enorme. Y empataron. Y yo, en la grada, con la pata mala. Ni gritando con todas las fueras del mundo podía ayudarles. Fue peor que cuando me lesioné".

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