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Fiesta de la 53ª edición de los Ondas

David Bisbal, cinco años después de su paso por 'OT'

Carlos Latre, el hombre de los mil disfraces, cambió anoche de identidad varias veces. Presentó el primer sketch caracterizado de Supernanny, y dio paso a una de las actuaciones estelares, la de Alejandro Sanz, que cantó su último sencillo, A la primera persona. Luego se travistió de Iker Jiménez (Cuarto milenio) para bromear sobre algunos de los misterios de la televisión, como el "monstruo del share", que hace desaparecer cientos de programas.

Después, unos mariachis acompañaron a Ana Torroja en la interpretación de una versión revisada de Hijo de la luna. Cuando recogió la mención especial del jurado, habló del "arriesgado proyecto" de su último trabajo, y dio gracias a "las canciones de Nacho y José por dejarse maquillar de una manera diferente".

Salió Latre imitando a Boris Izaguirre, que estaba sentado en la platea, y bromeó sobre el mundo de la publicidad, donde entró a replicarle el propio presentador venezolano. Latre se quedó con Francino y Nierga en el escenario hasta que salieron a cantar Ricky Martin y La Mari, de Chambao. Esta vez el puertorriqueño prefirió una melodía intimista y no bailó.

Tras la recogida del Ondas para Cuatro, apareció Diego Armando Maradona-Latre, que reclamó su parcela de protagonismo tras colaborar con la cadena privada en el pasado Mundial de Alemania. La dulce voz de Corinne Bailey Rae puso la siguiente nota, antes de la entrega de los Ondas en la categoría de música. El primero fue para Dover, por la canción Let me out. Después, Alejandro Sanz entregó el premio a un "amigo", David de María, por su álbum Caminos de ida y vuelta, que dio las gracias "al público que compra los discos en las tiendas".

Shakira, en vídeo

El broche final lo puso David Bisbal, mejor artista español del año, para quien este premio es "el primer reconocimiento de manos de la industria musical" del país, "lo que me motiva mucho más". Bisbal, que hace cinco años ingresó en la Academia de Operación Triunfo, era ayer uno de los personajes más demandados de la jornada. Pasó la recepción de mediodía en el palacete Albéniz seguido de una nube de cámaras y periodistas. Su despedida iba dedicada a los niños que reciben balas en lugar de juguetes, a los que les cantó Soldados de papel.

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