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Rubalcaba traslada a la ejecutiva del PSOE su preocupación por la marcha del proceso

El PP exige al presidente que cumpla un decálogo de medidas para recuperar el acuerdo

La especial dificultad que vive el proceso de paz ya no se oculta en ningún ámbito socialista. La ejecutiva federal del PSOE escuchó ayer del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, su preocupación por la marcha del proceso. Así las cosas, la dirección federal, en un acto hasta ahora inédito, consideró "legítimas y justificadas" las dudas que se han levantado en la sociedad. Pero no habrá diálogo con la banda si no cesa toda violencia. Pero el PP estima que Zapatero "cede" ante ETA y tiene que rectificar, con la vuelta al Pacto Antiterrorista y aceptando un decálogo que presentó ayer Ángel Acebes.

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La dirección del PSOE rompió ayer la regla de no debatir sobre el proceso de paz, al considerar necesario reflexionar internamente, y a continuación, hacer pública una posición oficial, conscientes de que la preocupación cunde en la opinión pública, según fuentes socialistas. Los actos de violencia callejera no sólo no cesan sino que van en aumento. Las exigencias al Ejecutivo de la banda y de dirigentes de la ilegalizada Batasuna resultan "inaceptables para el Gobierno". En torno a este marco situó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, miembro de la ejecutiva, el análisis de la situación "complicada y preocupante" que vive el proceso de paz. Además, se añadió la actitud del PP, que denuncia cesiones a la banda, "que no existen", y el comportamiento de algunos miembros del Consejo General del Poder Judicial.

Al análisis se añadió que la dificultad crece por cuanto que la marcha del proceso está en los medios de comunicación de manera permanente. Los miembros de la ejecutiva consultados reconocen que el ministro mostró preocupación por la marcha del proceso en sí, y "consternación" por la actitud del primer partido de la oposición. "¿En qué cede el Gobierno? En nada". Esto dijo Rubalcaba dentro de la reunión.

Al terminar la reunión, cuyo broche también preocupado lo puso el presidente del PSOE, Manuel Chaves, el secretario de Organización, José Blanco, hizo una declaración pública, en tono grave. "El fin de la violencia no es el punto de llegada sino de partida para que pueda haber diálogo". Y continuó: "Los actos de violencia de los últimos días han creado en la sociedad dudas legítimas y justificadas sobre la evolución del proceso de paz". A continuación, precisó que se dirigía a los ciudadanos: "Los socialistas seguiremos firmes en recorrer el camino para conseguir la paz, con respeto al Estado de derecho y a la legalidad". No habrá "diálogo si no se produce una ausencia total de violencia".

Después vino el reparto de culpas, y sólo hay uno: ETA. Pero los reproches fueron más amplios. "Quien dificulta que el proceso de paz avance es ETA y quien tiene deseos de que el proceso fracase es el PP".

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También hubo reproches para quienes promueven acciones judiciales contra los políticos del PSE-PSOE que se han entrevistado con miembros de la izquierda abertzale. En esa situación ante la justicia también está el presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe. "¿Dónde estaba el Foro de Ermua cuando miembros del Gobierno del PP se entrevistaron con ETA? ¿Por qué no los denunciaron como hacen ahora?", se preguntó Blanco. Este dirigente hizo una petición al PP: "Ya que no ayuda, que no estorbe y que no mienta".

En el PP, el secretario general, Ángel Acebes, también dedicó buena parte de su intervención del lunes al proceso de paz y a dar réplica a Blanco.

Acebes recogió el cambio de tono de Zapatero y sus últimas palabras -con violencia, nada de nada- para lanzarle un guante: el PP, aseguró, está dispuesto a apoyar al Gobierno. Siempre que rectifique su estrategia, claro. La oposición, para estar segura de que la corrección es real, propone un decálogo, una especie de examen que tendría que pasar el Gobierno para demostrar "que esas últimas palabras no son un nuevo engaño". Las exigencias, entre las que está la entrega de actas de todas las reuniones incluso con el PNV, son las siguientes:

-Que Zapatero condene todos los actos terroristas (incluido el intento de quemar vivo a un policía).

-Poner fin a las reuniones públicas y secretas con "ETA-Batasuna".

-Compromiso de que no habrá mesa de partidos fuera del Parlamento vasco.

-Entrega de todas las actas de reuniones mantenidas por el Gobierno o mediadores con "ETA en el extranjero y por miembros del PSOE con Batasuna y el PNV en España".

-El Gobierno garantizará la integridad territorial de Navarra.

-Instar a la Fiscalía a "que vuelva a aplicar la ley, con toda contundencia, contra los terroristas".

-Publicar los informes sobre la autoría del robo de 350 pistolas en el sur de Francia y "retomará la estrategia de la derrota policial de ETA".

-Impedir cualquier manifestación de ETA-Batasuna. Impedir que se presenten a las elecciones.

-Rechazar la internacionalización del conflicto.

-Respetar la memoria y dignidad de las víctimas.

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