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La crisis de Airbus amenaza el crecimiento del pujante sector aeronáutico andaluz

La Junta plantea una mesa por la industria auxiliar para afrontar la nueva etapa

El sector aeronáutico andaluz facturó el año pasado casi 800 millones de euros. 106 empresas dieron empleo a 5.535 trabajadores. Fue el año del boom. Tras una reconversión naval, la Junta de Andalucía animó a la industria auxiliar que se había volcado en el mar a mirar al aire, a ayudar a construir aviones desde Sevilla y Puerto Real. En esta localidad gaditana se ubica la planta de Airbus, donde se fabrican el estabilizador y el timón del A-380, el avión de pasajeros más grande del mundo. Un retraso en la entrega de estos contratos ha hecho temblar a todo el sector.

Es una crisis coyuntural que espera resolverse en 2009. Resistir estos tres años es ahora la principal preocupación de los empresarios que aceptaron el reto de apostar por el aire.

El origen de la crisis aeronáutica está en unos cables. Los socios alemanes del consorcio europeo aeronáutico que está detrás de Airbus (EADS) tuvieron que reconocer que no podían cumplir el calendario previsto de entregas del A-380 por fallos técnicos en el cableado.

La cadena se ralentizó y la empresa no pudo comenzar a recibir los ingresos previstos, lo que provocó desajustes que enseguida conllevaron medidas industriales y económicas, como la no contratación de más personal o la no renovación de contratos.

En Airbus Puerto Real ya se han marchado 51 de sus 536 trabajadores de plantilla. En circunstancias normales, se les hubiese renovado sus contratos. Ahora están en calle.

Esos trabajadores que han quedado fuera es personal de alta cualificación. Junta de Andalucía y sindicatos coinciden en que es un lujo el permitir que se marchen unos empleados en los que se han invertido grandes cantidades en formación y especialización.

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Gastos de formación

Sólo en 2005 fueron formados 660 desempleados en los que se empleó 2,5 millones de euros. Las grandes empresas llegan a solicitar al Centro de Técnicas Industriales, el CTI, de San Fernando (Cádiz) que se impartan materias específicas para preparar a su futuro personal.

A eso se añade la formación continua que se ofrece a los empleados, una labor que gestiona la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo, participada un 100% por la Consejería de Empleo.

La crisis en Airbus ha generado temores en la plantilla. Sindicatos y empresa se reunirán esta semana para negociar las renovaciones de los contratos y un posible expediente de regulación de empleo.

El horizonte lejano invita al moderado optimismo porque se prevé que el ritmo de trabajo vuelva a la normalidad en 2009. Mientras, los representantes de los empleados esperan conseguir medidas que palien estas bajas.

"Lo ideal es que estos operarios especializados puedan recolocarse durante estos tres años en otras empresas aeronáuticas ajenas a la crisis", explica el presidente del comité, Fernando León. Se refiere, sobre todo, a aquellas como M.T.A.D., en San Pablo de Tablada, que está haciendo aviones de transporte militar y necesita personal.

Este tiempo de espera de la crisis lo padecen, sobre todo, las empresas auxiliares, aquellas que se volcaron por el sector aeronáutico a la luz del boom de Airbus.

Algunas ya han empezado a tomar medidas. Un ejemplo, en SK-10, subcontrata de la empresa del A-380, ya se han perdido 23 trabajadores de sus 200 tras desatarse la crisis.

El presidente de la Federación de Empresas del Metal, Manuel Escalón, teme en las repercusiones a medio y largo plazo. Para las compañías más pequeñas será más difícil plantear medidas de regulación temporal de empleo. Su complicada misión será aguantar estos tres años de reducción de carga y facturación hasta de un 80% sin plantear la quiebra o llegar al cierre. "La Administración tendría que abrir medidas de protección", solicita Manuel Escalón.

La preocupación la comparte el Gobierno andaluz. La Junta va a proponer la apertura de una mesa para la industria auxiliar aeronáutica, similar a las medidas que se crearon para este tipo de empresas en la última reconversión naval, con una oficina que gestionó ayudas con las que se tratará de salvar los puestos de trabajo mientras dure la crisis. Para que la apuesta inversora por los aviones no se quede en el aire.

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