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La campaña electoral en Cataluña

Mas avisa a Zapatero de que reeditar el tripartito supondría su "suicidio" político

El nacionalista recuerda a Montilla que el presidente pacta con Cataluña a través de CiU

Artur Mas no las tiene todas consigo, porque aunque el viento de las encuestas sopla a su favor no consigue romper la hegemonía del tripartito. Su única esperanza de gobernar es imponerse con contundencia al socialista José Montilla y la intervención de José Luis Rodríguez Zapatero para frenar otro pacto de las izquierdas en Cataluña. Por ese motivo, ayer, en un mitin en Igualada, Mas advirtió al presidente del Gobierno de los riesgos que para su futuro político y los del PSOE tendría la reedición de una alianza en la Generalitat con Esquerra Republicana e ICV.

"¿A Zapatero le conviene otro tripartito? En absoluto, porque nadie quiere suicidarse políticamente. Al único que le conviene es al PP [para recuperar la Moncloa]", proclamó voz en grito el presidenciable convergente, en un almuerzo con unas 700 personas en un pabellón deportivo de la capital del Anoia.

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Aislados parlamentariamente y sin posibilidades de pacto con otras formaciones -como se demostró la víspera en el debate de TV-3- los nacionalistas sólo podrán volver a presidir la Generalitat si frustran aritméticamente la suma de los tres partidos de izquierda. Pero los dirigentes de CiU confían todavía en otra baza: Zapatero.

Mas dedicó ayer buena parte de su intervención a hurgar en las diferencias que invaden a los dirigentes del PSOE, entre los partidarios de otra alianza de izquierdas -los minoritarios- y quienes apuestan por la sociovergencia en Cataluña. Para los segundos, sería la opción más factible porque en el Congreso el PSOE podría desembarazarse de ERC, que tantos quebraderos de cabeza ha dado.

De paso, un pacto con CiU en Cataluña serviría, por un lado, para asegurarse un sólido aliado en Madrid -a través de Josep Antoni Duran- y acallar las machaconas críticas del PP de un "sumiso" Zapatero en manos de los independentistas. El complicado juego de intereses de la política española se coló en el discurso de Mas, el mismo que acusa a sus rivales socialistas de "españolizar" la campaña por la pretensión de Montilla de realizar un cara a cara en castellano.

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Pero si hasta ayer CiU era quien marcaba la agenda mediática de la campaña, esto se acabó. Los nacionalistas fueron a remolque. Mas no se sacó de la chistera su dura advertencia al presidente del Gobierno, sino que éste se había referido a las eventuales alianzas poselectorales en un mitin en Lleida al dar libertad de acción a Montilla.

La pregunta que se plantean los dirigentes de CiU es bien sencilla, pero a su vez enigmática de responder. "Si Mas saca una amplia ventaja al PSC, pero el tripartito suma parlamentariamente ¿Montilla apostará por un pacto con las izquierdas o Zapatero presionará para frenarlo?". Los nacionalistas creen que el candidato socialista impondrá su opinión, pero no dan nada por perdido y confían todavía en el "buen hacer" del líder del PSOE. En esta peligrosa y ambiciosa estrategia, Mas se esforzó en desacreditar la capacidad de acción y de influencia de Montilla respecto al PSOE y el propio Zapatero. El líder de CiU advirtió al presidente del Gobierno de que, para su beneficio electoral, le conviene que el tripartito no presida la Generalitat y recordó a Montilla que Zapatero pactó el Estatuto con CiU. "Cada vez que Zapatero tiene que entenderse con Cataluña llama a Convergència i Unió, lo hace a través de la gente de palabra. Porque nosotros somos gente de palabra, aunque vayamos al notario. Son ellos los que no tienen palabra. ¿O no os acordáis de que Zapatero prometió que respetaría el Estatuto que aprobara el Parlamento catalán?", agregó.

La afirmación llevaba unido un dardo envenenado, porque es el propio presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien en varias ocasiones en el Parlamento catalán ha acusado a José Luis Rodríguez Zapatero de pactar con Convergència i Unió al confundir Cataluña con el nacionalismo catalán.

Colocar a la familia

El mitin de ayer en Igualada reunió a unos 700 simpatizantes de CiU a la hora del almuerzo en un acto dedicado a la familia. Mas aseguró que su formación es la única que presenta propuestas "serias" para proteger a la familia frente a la izquierda, que "sólo piensa en la familia para colocarla en la Generalitat".

El democristiano Josep Antoni Duran Lleida, por su parte, advirtió de que un "país que confía su crecimiento demográfico sólo en la inmigración tiene fecha de caducidad". Mas volvió a llamar a la movilización y pidió al electorado un "último esfuerzo" para "rematar la faena" e impedir la reedición del tripartito. "Si algo quedó claro en el debate de TV-3 es que la equidistancia de Esquerra es un tejemaneje y harán presidente a Montilla".

Por la noche, CiU reunió a otras 700 personas en Mollerussa (Pla d'Urgell). Todos los actos que organizan los nacionalistas no bajan de 400 personas.

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