El codazo más caro
Un accidente impide la venta de un 'picasso' por 110 millones de euros
Un codazo inoportuno y letal ha frustrado la venta de arte más cara de la historia. La rocambolesca historia, que ha dejado al magnate de los casinos Steve Wynn con un agujero de varios centímetros en el lienzo de Picasso El sueño (1932) y con otro de 139 millones de dólares -110 millones de euros- en su bolsillo, arrancó hace dos semanas en el corazón de Las Vegas. Wynn, uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, responsable del renacimiento del lujo en una ciudad entregada como ninguna a los placeres terrenales, acababa de sellar con el coleccionista de arte y gestor de fondos de inversión Steve Cohen la venta más cara de la historia del arte: Cohen le iba a comprar por 110 millones de euros el cuadro de Picasso El sueño, adquirido por Wynn en 2001 de manos de un coleccionista anónimo que a su vez pagó por él el equivalente de 38,6 millones de euros en una subasta en 1997. "Va a ser el precio más alto jamás desembolsado por un cuadro", le confesó Wynn con orgullo a un grupo de amigos que le visitaban en su casino, el Wynn Las Vegas. El pasado julio, el magnate de los cosméticos Ronald Lauder había hecho historia al comprar por 107 millones de euros el cuadro de Gustav Klimt Adele Bloch-Bauer I, desbancando así a Picasso del olimpo de los artistas más caros, donde había dominado desde que en 2004 batiera todos los récords con Muchacho con pipa, vendido por 83 millones de euros. Pero Wynn iba a volver a poner al español en el trono y a colocarse a sí mismo en los libros de historia.
El propietario, con problemas de visión, causó un agujero en el cuadro cuya venta había pactado
Así lo contaba el lunes en su blog la escritora y guionista Norah Ephron, autora de, entre otros, el guión de la película Cuando Sally encontró a Harry. Ella era, junto a la periodista Barbara Walters y otros famosos, parte del grupo que visitaba a Wynn, quien con orgullo les invitó a subir a su oficina para admirar la obra días antes de entregársela a su nuevo comprador.
Ephron describe que, tras escuchar al empresario relatar la historia del cuadro, un retrato de la amante de Picasso Marie-Therèse Walter "tremendamente erótico y en el que si se mira atentamente se puede ver que la cabeza está dividida en dos secciones y una de ellas es un pene", el grupo asistió perplejo a la inesperada tragedia. "Wynn levantó su mano para señalar algo en el cuadro y en ese momento su codo se movió hacia atrás y atravesó el lienzo. Se escuchó un ruido terrible", escribe Ephron. "¡Mierda!, gritó Wynn. "¡Mirad lo que he hecho!". Sobre el cuadro había un agujero del tamaño de una moneda y varias grietas. "Gracias a Dios he sido yo y no ninguno de vosotros", dijo azorado el empresario, quien sufre de retinitis pigmentosa, una enfermedad que dificulta la visión periférica y por tanto trastorna la percepción de las distancias.
Horas después, el grupo volvió a reunirse con Wynn para la cena y acordaron un pacto de silencio que, sin embargo, alguien rompió la semana pasada en las páginas de cotilleos de un tabloide neoyorquino. Desde entonces todos cuentan su versión, incluido el propio Wynn, citado esta semana por la revista The New Yorker, donde explicó que a los pocos días del accidente, Elaine, su mujer, voló con el cuadro hasta Nueva York, se lo mostró a su futuro comprador y ambos acordaron suspender la venta hasta que fuera reparado.
El lienzo ya está en manos de un restaurador que le ha prometido a Wynn que en seis semanas lo dejará como nuevo. Según varios expertos consultados por este diario y que no quisieron ser citados, ese tipo de reparación es sencilla, barata y no dejará huella ni afectará al precio de la obra. Pero el codazo ha tenido otras consecuencias. El pasado viernes, cuando sonó el despertador en la alcoba de los Wynn, Elaine miró a su esposo y le dijo: "Creo que lo que ha pasado es un signo del destino. No vendas el cuadro". Y Wynn, marido entregado, la escuchó. Tras la reparación, el cuadro seguirá siendo la estrella de su colección de arte.
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