El transporte de mercancías por ferrocarril no ha dejado de descender desde hace 25 años
Renfe ha cerrado el servicio de paquetería y el de "vagón disperso" porque no eran rentables
Gana la carretera por goleada. Mientras que el transporte de mercancías en camión se ha duplicado en Cataluña en siete años, el que se realiza en ferrocarril no ha dejado de descender desde 1980. En ese año, los trenes movieron en España 46,9 millones de toneladas. Un cuarto de siglo después, esa cifra ha caído hasta las 30,9 millones de toneladas. En medio se sitúa un cambio radical en la política de Renfe abordado en los años noventa: la supresión de los transportes deficitarios, entre ellos los de paquetería y "vagón disperso".
Renfe no puede competir en paquetería con el camión y la furgoneta. Ofrecía el servicio, pero era ruinoso, según fuentes de la compañía. Y no sólo por un problema de organización empresarial, sino porque mover cualquier paquete era más costoso que el precio que se podía cobrar. Suprimir este servicio significó una caída en el volumen de mercancías transportado, pero era cuestión de supervivencia, afirman las mismas fuentes.
Paralelamente, se decidió eliminar otro servicio, el "vagón disperso", que consistía en la posibilidad que tenía cualquier industrial de llenar un vagón en cualquier pueblo perdido donde hubiera una vía y pedir a Renfe que lo llevara a otro lugar. Para ello, se concentraban estos vagones en un punto y cuando se podía formar un tren adecuado se transportaba. El resultado era un desastre para todos. Renfe perdía dinero y los industriales no podían conocer el tiempo de los movimientos, que en ocasiones superaban los 40 días.
"El transporte ferroviario tiene sentido para grandes cantidades", explicó un portavoz del área de Mercancías de Renfe, convencido de que las medidas tomadas permiten a la empresa, que ahora tiene unos 2.200 empleados, afrontar el futuro de un mercado liberalizado en condiciones.
Mientras, la evolución que muestra el transporte de las mercancías pone de los nervios a los empresarios. En unos años en los que crece el movimiento de todo tipo de productos, sólo la carretera se aprovecha de ello y el tren decrece, pese a que los costes ferroviarios podrían ser mucho más bajos que los de unas carreteras que, además, están al límite del colapso y que suponen un notable coste ecológico. El gasto energético del movimiento por tren es menos de una quinta parte que el hecho por carretera.
Según los datos del Gobierno catalán sobre movimiento de mercancías por carretera, los 169 millones de toneladas del año 1999 han pasado a 370 millones en 2005; aunque, al tratarse de datos procedentes de encuesta, podrían mostrar un incremento mayor debido al perfeccionamiento en el proceso de recogida de respuestas. Pese a todo, en seis años el movimiento de mercancías por carretera se duplica. En el tren ocurre algo muy diferente. En el año 2000 fueron transportados 11,9 millones de toneladas en Cataluña por ferrocarril, el año 2003 se cerró con una cifra inferior, aunque en 2004 se recuperó hasta los 13,1. En este caso, los datos no son de encuesta, sino que reflejan los movimientos reales. Sorprendentemente, los 13,1 millones de toneladas de 2004 equivalen a la mitad de lo transportado por Renfe en toda España en ese año.
La caída del número de toneladas transportadas por ferrocarril se produce en todas las empresas ferroviarias españolas. Renfe pasó en 25 años de 36,5 millones de toneladas a 25,5 millones. Feve (Ferrocarriles de Vía Estrecha) transportaba 4,7 millones de toneladas en 1980 y el pasado año se quedó en 3,4 millones. El conjunto de mercancías transportadas por trenes de comunidades autónomas y empresas particulares sumaban 5,7 millones en 1980. El pasado año fueron sólo dos millones.
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