_
_
_
_
_
Reportaje:

Contracciones en el atasco

Una chica de 16 años da a luz en una ambulancia del Samur, tras quedar su coche atrapado en pleno embotellamiento

"¡Ay, que no llego!", gritó desesperada Juliana, ecuatoriana de 16 años, con un embarazo de nueve meses, a punto de estallar y metida en un coche en pleno atasco de la hora de comer en Santa María de la Cabeza (Arganzuela). Los dolores eran cada vez peores, pero el coche en el que viajaba Juliana junto a dos amigos no avanzaba. Coches por delante, por detrás; a los lados. El parto era inminente. "Entonces nos vio un agente de esos que hay para el tráfico y llamó corriendo al Samur. Nos echamos a un lado y nos quedamos en doble fila", explicaba ayer la joven, ya con su bebé en brazos, en en el hospital Doce de Octubre.

Juliana dio a luz a las 15.00 en una ambulancia del Samur frente al número 33 del paseo de Santa María de la Cabeza, según un portavoz de Emergencias Madrid. Mientras los coches circulaban a su alrededor, los sanitarios atendían a la madre y al bebé. La niña pesó 2,800 kilos y su madre decidió que tendría un nombre compuesto: Cristina Estefanía.

La joven comparte piso con cinco personas; su novio está recogiendo fruta en Murcia

La adolescente había empezado con contracciones a las dos de la tarde en su piso de alquiler de la ronda de Atocha que comparte con otras cinco personas. Dos de sus compañeros, al verla a punto, la acompañaron en coche hasta el hospital. Pero el tapón de vehículos frenó en seco sus intenciones y Juliana y sus amigos se quedaron atrapados. "Me agobié muchísimo porque veía que no llegaba", contó la chica.

Lleva cuatro años en España y ni estudia ni trabaja. A Juliana le gustaría ser camarera, pero cree que con la niña ya no va a tener ninguna oportunidad laboral. El padre de la criatura, José Luis Baidal, está recogiendo fruta en Murcia. "Aún no he podido hablar con él, pero lo han hecho mis amigos y me han dicho que está contento", contó.

Juliana y José Luis se conocieron hace un año en una noche de reggaeton en los bajos de Azca. Se enamoraron y se fueron a vivir juntos, a una habitación de alquiler dentro de un piso donde viven otras dos parejas. Juliana sueña ahora con un sitio más íntimo donde poder estar con su pareja y su bebé. Un apartamento estaría bien, dice. Pero sabe que con el único sueldo de su novio -1.000 euros al mes- lo van a tener dificil. Mientras Juliana habla, su madre, María Elena Manners, de 37 años, está pendiente de que al bebé no le falte nada. Su hija la ha convertido en abuela joven y ella está encantada. Ya ha olvidado el mal trago que pasó cuando, de vuelta a casa de su trabajo como limpiadora, se enteró que su niña había roto aguas en pleno centro de Madrid.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Un caso parecido al de Juliana ocurrió el pasado 16 de enero. Ese día, Olga Serrano dio a luz a una niña en una ambulancia del Samur, cerca del 12 de Octubre. Hacia allí se dirigían la madre y su marido, Israel Blázquez, cuando un atasco en la M-30 les obligó a detenerse. Olga ya había roto aguas, e Israel vio por el retrovisor a una ambulancia de emergencias que iba hacia Legazpi. Salió despedido del coche y frenó al vehículo. Los médicos, como pasó ayer, hicieron el resto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_