La Zona Franca perdió 24 millones de euros de fondos propios entre 2000 y 2004
El actual delegado, José de Mier, cree que Rilco fue un "timo" y hubo delito
El delegado del Estado de la Zona Franca, José de Mier, reveló ayer que entre 2000 y 2004 este organismo perdió 24 millones de euros de fondos propios, de lo que responsabilizó a su antecesor, Miguel Osuna, quien ocupó este puesto entre 2001 y mediados de 2004. De Mier compareció ayer para negar haber ocultado información al Tribunal de Cuentas sobre el recinto fiscal gaditano, como le acusa el PP. Definió la sociedad informática Rilco como "un timo" que pudo derivar en la comisión de un delito porque se falsearon datos con el objetivo de obtener subvenciones.
Según los datos aportados ayer por José de Mier, en diciembre de 2000 la Zona Franca contaba con unos fondos propios de 36 millones de euros. En estos fondos se contabiliza el patrimonio, las reservas, los resultados de ejercicios anteriores, las pérdidas y las ganancias. En cambio, en diciembre de 2004, esa cifra se redujo a 12 millones de euros. "Esto no son juicios de valor, sino datos que refleja la auditoría", aseguró el delegado. De Mier responsabilizó de estas pérdidas a Osuna, aunque los dos primeros meses del periodo analizado corresponden a la gestión de Manuel Rodríguez de Castro, también del PP, y los últimos seis a la etapa del propio De Mier.
La pérdida de estos fondos propios se suman al agujero económico de 36 millones de euros que causó en la arcas del recinto fiscal el portal de comercio electrónico Rilco, puesto en marcha durante la etapa de Manuel Rodríguez de Castro, y la compañía alimenticia Quality Food, cuya mayoría de acciones fueron compradas por Zona Franca en plena gestión de Miguel Osuna.
De Mier centró sus críticas en Rilco, sociedad defendida por el PP como "un buen negocio". El delegado del recinto fiscal, quien ya había definido este proyecto como "un bluff" fue ayer más allá. "Fue un timo y también un delito porque sirvió para falsear datos con los que se solicitaban ayudas y subvenciones", denunció.
Rilco se concibió como un portal informático en Internet para abrir nuevas oportunidades de relaciones económicas entre España y América. Según De Mier, esta sociedad "nunca llegó a realizar operación de negocio alguna". Recordó que Rilco sólo impulsó algunos proyectos y contratos tecnológicos de infraestructuras informáticas a pequeña escala y de ámbito comarcal en la provincia de Cádiz, muy lejos de sus supuestos propósitos internacionales con los que había nacido. "Cuando asistía a las conferencias latinoamericanas de Zonas Francas, los americanos se cachondeaban de Rilco. Nadie sabía para qué servía", lamentó.
El actual delegado reconoció que cuando accedió al cargo, a mediados de 2004, no tenía "ni idea" de lo que significaba la Zona Franca. Pero recordó que a los pocos días tuvo claro que algo raro pasaba con Rilco. Primero fue una auditoría, en la que su responsable denegaba dar su opinión. "Es lo peor que puede ocurrir en una auditoría", señaló De Mier. El auditor sí alertaba de que se establecían períodos de amortización de material informático por 20 años, algo considerado bastante inusual para aparatos tecnológicos que acostumbran a tener una vida menor. Le siguió otro informe del mismo auditor que recomendaba proveer como pérdidas los 8,3 millones de euros que se invirtió en Rilco, a lo que se sumó otro estudio de una empresa externa, que alertaba ya del agujero económico causado.
Fue entonces cuando la Zona Franca abrió un concurso para elaborar otro informe auditor, que finalmente realizarían dos profesores de la Universidad de Sevilla. El objetivo era evaluar lo que costaba Rilco y compararlo con los que se había pagado por ella. Los resultados determinaron que el recinto fiscal pagó más de seis millones de euros por un material que no valía más de dos.
El delegado también arremetió contra Quality Food y negó, como le atribuyó Osuna, haber dejado perder los pleitos abiertos con el ex propietario de la compañía alimenticia, Manuel García Gallardo.
