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Columna
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El plan Rodríguez

Nos vamos de vacaciones y el Ayuntamiento, como un Rodríguez estival y alevoso, aprovecha para llevar a cabo unas obras en los Jardines del Descubrimiento de la plaza de Colón que consisten en sustituir el césped por grava y jardineras con arbustos. Las excusas, ahorrar agua del riego y evitar las filtraciones al Centro Cultural de la Villa y al aparcamiento subterráneo. Y varias explicaciones de la Concejalía de Medio Ambiente, del tipo "queremos una vegetación más sostenible, un patrimonio verde más adaptado al clima madrileño". Vaya, vaya, así que ahora la grava es vegetación. Otra explicación: que el césped estaba descuidado y amarillento. Justo lo que debe evitar la Concejalía de Gravas y Cementos, digo, de Medio Ambiente. De paso, el plan Rodríguez prevé reparar los bancos de piedra y los bordillos, estropeados con graffitis y skaters (patinadores). Hay más. Ya ha desaparecido la mítica cascada del Centro Cultural de la Villa, que nos gustaba mucho, y la estatua de Colón vuelve al centro de la plaza sin fuentes que recuerden su condición de navegante. En su lugar se instalará, aunque no está claro todavía, claro, un edificio (¿para qué?) de 10 metros con forma de huevo (¿el de Colón? ¿el de quién?). ¿Por qué, por qué, por qué? Bueno, bueno, bueno. Vamos por partes, Rodríguez.

En primer lugar, decir que, aunque nos pillen con el pie cruzado de la vuelta de vacaciones, muchos ciudadanos estamos hartos. De verdad. De repetir que nos oponemos rotundamente a que siga adelante este sistemático plan de eliminación de zonas verdes en Madrid. Y no es bueno, Rodríguez, digo Ruiz-Gallardón, que los ciudadanos estén tan hartos. El coste del plan de los Jardines del Descubrimiento será de 163.000 euros. Si la prioridad, en una ciudad que se va desertizando, es preservar el verde que queda, ¿por qué no destinar esos euros a conservar el césped de Colón con tecnologías medioambientales novedosas que ahorran, y hasta en un 75%, el agua del riego? ¿por qué no destinarlos a unas obras de impermeabilización del suelo para evitar las filtraciones (cuando además está previsto en el proyecto Prado-Recoletos, aún en discusión, poner el Centro Cultural de la Villa en superficie)? ¿cuánta cantidad de agua de riego es necesario ahorrar para alcanzar los 163.000 euros? ¿por qué no regar, como dice Diego, que hacen con los ya innúmeros campos de golf, con agua residual reciclada? Los escasos metros cuadrados de la zona que pasará a ser de grava son ridículos como excusa de ahorro, pero no lo es la posibilidad de encontrar un pedazo de esparcimiento en esta ciudad cada día más inhóspita. ¿Encuentra espuria el Ayuntamiento la razón de que es un alivio poder sentarse un momento (y hasta tumbarse, señor, señor, qué jipis) en una esquinita de hierba a descansar del asfalto, la contaminación, los coches y las obras? ¿No le parece que sobran plataformas de hormigón, que ya hemos perdido suficientes bulevares, árboles y materia verde como para arrebatarnos también esa minúscula fantasía de jardín? ¿No le damos pena, Rodríguez? (No se ría, no tiene gracia).

Por otro lado, los skaters forman una parte curiosa del paisaje urbano, emblemática en la plaza de Colón. Prefiero ver skaters, que alegran y sorprenden con su habilidad, a una aburrida y tórrida gravilla. Si su actividad genera con el tiempo ciertos desperfectos (que no son para tanto), no tengo ningún inconveniente en que mis impuestos se destinen a repararlos, lo consideraré mantenimiento de una ciudad más viva y divertida. Prefiero sufragar skaters que pagar comisiones de obras innecesarias. Yo me he dado una vuelta por ahí y me he quedado de grava cuando he visto el cartelito que ha colocado el Ayuntamiento: "Trabajos de conservación y mantenimiento de zonas verdes". Nos toman el pelo. ¿Cómo se atreve, pues, la Concejalía de Medio Pelo a hablar de patrimonio verde, cuando además ha talado en Madrid en los últimos años más de 25.000 árboles? Hablé con algunos jardineros y obreros, y todos, sin excepción, se manifiestan en contra de lo que están haciendo. ¿Por qué Rodríguez no atiende a sus ciudadanos?

Queda otro extremo por aclarar: si la plaza de Colón forma parte del proyecto (demencial) Prado-Recoletos, ¿por qué intervienen en ella cuando aún está abierto el nuevo plazo de alegaciones? Y otro extremo: ¿lo único que no van a tocar con el plan Rodríguez o con el Prado-Recoletos es el banderolo megaespañol? Es por saber si iban a sustituirlo por algo que se adapte más al clima madrileño. No vayan a creer que hacemos preguntas extremistas sólo por tocar el huevo de Colón.

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