"No estamos tan fuertes como antes"

Lo que parecía un camino de rosas se está convirtiendo en un calvario tanto para la escudería Renault como para el piloto español Fernando Alonso. Hace cinco carreras, el asturiano dominaba el campeonato mundial de fórmula 1 con 25 puntos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor, el alemán Michael Schumacher, y la escudería francesa mantenía una sólida ventaja sobre su gran rival, Ferrari. Ahora, sin embargo, a falta de cinco grandes premios para la conclusión, Alonso sólo supera en 10 puntos al líder del equipo de Maranello y los italianos han ido restando distancia hasta colocarse a sólo a siete puntos de los franceses.

Cada carrera se ha convertido en una final. Y el duelo está más encendido que nunca porque también se dirime en los despachos. "Han falseado el Mundial", proclamó Flavio Briatore, en la primera reacción oficial de Renault a la prohibición de seguir utilizando el compensador de masas o mass damper. "No se puede cambiar el reglamento a mitad de temporada. La decisión beneficia a alguien, pero debo pararme a pensar a quién", concluyó, en clara alusión a Ferrari. Alonso cree que no hay para tanto, pero se sumó a las críticas: "El reglamento es un caos, pero no creo que haya ocultismo sino inconsistencia. Es la parte que menos me gusta de la F 1".

Estambul constituirá un nuevo reto para Alonso, puesto que no sólo no podrá contar con el mass damper -elemento amortiguador ubicado en el morro de su coche y en la parte trasera, que evita las vibraciones y mejora el rendimiento de la suspensión-, sino que, además, deberá correr con el mismo motor que utilizó en Hungría, donde no pudo concluir la carrera por un problema con un palier. Con esos inconvenientes, su coche puede perder alrededor de tres décimas por vuelta, todo un mundo. El asturiano podía cambiar el propulsor, pero Renault prefiere concluir el ciclo de este motor en Turquía y estrenar nuevo motor en Monza, incorporando ya la última evolución, que concede algunos caballos más.

La estrategia no es fortuita. Pat Symonds, jefe de ingeniería de Renault, está convencido de que el campeonato se decidirá en el Gran Premio de Japón, la penúltima carrera. Y quiere que allí Alonso pueda disponer de un motor nuevo con todos los avances que hayan diseñado los talleres de Viry Chatillon. Así pues, el propulsor que Alonso estrenará en Monza concluirá su ciclo en Shanghai. En Japón dispondrá del último motor del año, que deberá mantener un buen rendimiento también en la última carrera de Brasil. En esa prueba, Schumacher estrenará motor.

A pesar de que Alonso lleva seis victorias y Schumacher cinco, la tendencia parece haber cambiado en las últimas carreras, a favor de Ferrari. En Estambul, los de Maranello han presentado unas nuevas ruedas cuyas llantas incorporan una especie de tapón con un solo agujero central que permite destornillarlas. "Ferrari siempre roza el límite del reglamento. Pero no creo que eso les conceda muchos beneficios", analizó Alonso. En los entrenamientos libres del viernes todos tuvieron problemas de graining (ampollas en el neumático), pero el asturiano rodó un segundo más lento que el Ferrari de Schumacher y el McLaren de Raikkonen. No es un buen síntoma, aunque no cunde el desánimo. "No estamos tan fuertes como antes", dijo Alonso; "pero debemos luchar por la pole y la carrera".