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La Comisión Europea plantea objeciones a la fusión entre Suez y Gaz de France

Bruselas, que analizará la operación hasta el 25 de octubre, notifica a las partes sus reparos

La Comisión Europea ha decidido seguir adelante con el proceso de objeciones a la fusión entre la estatal gasística francesa Gaz de France (GdF) y el grupo energético franco-belga Suez, la operación estrella del Gobierno de Dominique de Villepin, con el que París pretende convertirse en campeón europeo de la energía. Bruselas envió en la noche del viernes un pliego de cargos a las compañías en el que expresa sus reparos ante la concentración, que a su juicio podría vulnerar las reglas de competencia comunitarias y perjudicar a los mercados energéticos francés y belga.

La operación de integración de ambas compañías podría suponer problemas para el mercado del gas y la electricidad en Bélgica y el del gas y la calefacción en Francia, según un comunicado emitido ayer por el Ejecutivo comunitario. Tras conocer la decisión de Bruselas, portavoces de Suez y GDF afirmaron que van a estudiar con detalle las reticencias antes de dar una respuesta.

Esta semana, el ministro de Economía y Finanzas francés, Thierry Breton, se había anticipado al pronunciamiento de Bruselas al asegurar que GdF y Suez estaban preparadas para poner remedio a los reparos de la Unión Europea con el fin de lograr el visto bueno a la operación de concentración.

Pero más allá de los arreglos técnicos, Bruselas nunca ha visto con buenos ojos la fusión anunciada el pasado febrero, y que fue interpretada como una maniobra francesa para cerrar el paso a la eléctrica italiana Enel, deseosa de hacerse con Suez. La cruzada renacionalizadora le ha costado al Gobierno francés -posee el 80% del capital de Gaz de France y apoya la concentración- una lluvia de críticas de la Comisión que encabeza el conservador José Manuel Durão Barroso, y que dice estar dispuesta a acabar con las derivas proteccionistas que entorpezcan la libre competencia en el mercado de la energía.

Distorsión en el mercado

En concreto, Bruselas estima que la fusión podría suponer una distorsión en el mercado a la hora de suministrar gas y electricidad a las distintas categorías de clientes en Bélgica, así como en el mercado al por mayor y en la producción de la electricidad también en Bélgica. En el caso de Francia, los reparos se centran en el mercado y el suministro de gas y en general, en el sector de la calefacción, según la información difundida ayer por Bruselas.

El pliego enviado ayer es el resultado de dos meses de investigación en profundidad que la Comisión Europea anunció el pasado mes de junio y que Bruselas insiste en que no condiciona el resultado final del proceso de defensa de la competencia, por lo que no puede concluirse aún que las autoridades europeas tengan decidido de antemano bloquear la fusión.

El pasado 19 de junio, el Ejecutivo comunitario ya indicó que la operación podría implicar riesgos para "la liberalización de la energía en marcha en Bélgica y Francia" y habló del peligro que la fusión de las dos compañías podría tener en relación con el control de las infraestructuras de transporte y almacenaje de la energía.

Tras recibir el pliego, GdF y Suez deben ahora comunicar al gabinete de la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, responsable de la investigación, si el documento contiene secretos que no deberían ser desvelados. Después, el proceso seguirá su curso hasta el próximo 25 de octubre, fecha en la que el ejecutivo comunitario deberá adoptar una decisión final sobre la fusión.

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