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Reportaje:

Fiesta de contrastes

Turistas extranjeros, madrileños vestidos de castizos, jóvenes y mayores se mezclan en los festejos de La Paloma

Ficciones, el nombre de un restaurante de la calle de la Costanilla de San Andrés, define a la perfección la cara de los miembros de la familia Helmsteed (padres e hijo) al ver pasar a Conchi y Modesta, dos madrileñas vestidas con sus trajes castizos. Es uno de los contrastes que se viven en las fiestas de la Virgen de la Paloma, que ayer celebraron su penúltima jornada.

Los Helmsteed, una familia estadounidense de Indiana de visita en Madrid, se acercó ayer a la plaza de la Paja después de recorrer a pie casi todo Madrid. "¿Esto es típico español?", preguntan acerca de la música del organillo.

A unos metros, en la plaza de Los Carros, alrededor de cien niños se divierten con el circo callejero de los malabarista argentinos Lugi y Leonardo. Las calles adyacentes a esta plaza ensalzan la mezcla generacional del barrio de Latina. Los sonidos más modernos de la música electrónica retumban en la estrecha calle del Almendro, donde los más jóvenes del barrio celebran en los bares la festividad de la Paloma a base de mojitos.

En la plaza de la Paja empieza el concurso de mantones castizos. Gana el de Virginia Torrens. Se trata de un pañuelo de principios de siglo traído de China, con escala en Manila -de ahí su nombre-.

"Somos 200 chulapos de todo Madrid", cuenta José Luis Campos, miembro de la Asociación Los Castizos que lamenta que los inmigrantes no acudan en mayor medida en las fiestas. "El Ayuntamiento de Madrid lo intenta poniendo el cartel en árabe y chino, pero no vienen mucho". "Es normal: si yo me fuera a Japón, querría escuchar pasodobles y no música oriental", comenta con un marcado acento chulapo Alicia Rubio, presidenta de la asociación.

En los bancos de la plaza, los castizos más mayores empiezan a degustar los bocadillos propios de la feria. Atravesando la iglesia de San Andrés, grupos de adolescentes calientan con litros de cerveza el ambiente antes del concierto de El Koala en la plaza de Las Vistillas. Ésta es una de las pocas ocasiones en que la autoridad policial no les molestará por beber alcohol en plena calle. Por eso, también las calles del barrio quedan cada noche sepultadas bajo vasos de plástico y restos de botellas.

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Para hoy se esperan los actos oficiales en honor de la patrona de las fiestas. Primero, ofrenda floral a las diez en la iglesia de la Nuestra Señora de la Paloma. A la entrega de flores le seguirá, a la una de la tarde, la misa solemne en el mismo recinto. Media hora después, la tradicional bajada del cuadro de la Virgen a cargo del Piquete del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento. La procesión de la imagen de la Paloma, que pone fin al homenaje anual a la Virgen, se iniciará a las ocho de la tarde.

Para finalizar con los festejos, el Ayuntamiento ha programado a las diez de la noche, en la plaza de Las Vistillas, las actuaciones musicales del grupo Montana, la All Together Band, y Cañones y Mantequilla. Y hasta el año que viene.

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