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Girona muestra la desconocida cultura Quitu-Cara

Entre el actual Ecuador y una parte de Colombia se desarrolló entre los años 500 antes de Cristo y 500 después de Cristo una sabia civilización consciente de ocupar el centro del mundo y considerada la cultura madre de los pueblos indoamericanos. Las creaciones de los Quitu-Cara ejemplifican un depurado sentido artístico, aunque su lenguaje continúa siendo un misterio que desentrañar. La exposición Quitu-Cara, una cultura entre dos hemisferios, abierta hasta el 26 de agosto en la Fundación Caixa de Girona, incluye una cuidada selección compuesta por un centenar de piezas rituales y cotidianas, en su mayor parte procedentes de la región de Tolita, el centro ritual de los Quitus y el punto exacto por el que pasa la línea equinoccial. Además de las piezas, la exhibición dedica un apartado especial a los sellos, conocidos como Pirus y Pikenus, que se muestran junto a las cenefas a que dieron origen.

Fue el malogrado artista plástico Moisès Villèlia quien realizó el primer estudio para descifrar la estampación de estos sellos y el código que reproducen. Magda Bolumar, comisaria de la exposición y viuda de Villèlia, recuerda que el escultor ya fue comisario en 1971 de una exposición en Quito para presentar los resultados de su investigación.

Cenefas

Villèlia quedó seducido por la pureza de líneas de las cenefas que surgían de los cilindros llamados Pikenus y, tras estudiar unos 300 de ellos, acabó por descifrar su mecanismo. "Nos sorprendió ver cómo de aquellas líneas, bellísimas pero aparentemente sin sentido, iban apareciendo máscaras, jaguares, danzarines...", recuerda Bolumar. Lamentablemente, el primer paso dado por el matrimonio no tuvo continuidad y la investigación quedó truncada. "Nosotros no llegamos a saber lo que dice su lenguaje, pero abrimos una puerta para que algún estudioso pueda entrar a investigar", explica Magda Bolumar.

El primer ámbito de la exposición presenta pequeñas cabezas de terracota que denotan el interés que los Quitu-Caras tenían por el análisis minucioso de la psicología y la expresión humana. Cada parte del cuerpo tenía alguna relación con las diversas características psicológicas del individuo. Otras piezas características son las Sonas, divinidades de la tierra y la fertilidad que a menudo presentaban también algún tipo de esgrafiado realizado mediante la impresión de los sellos Pirus y Pikenus. Las figuras de los brujos, que regían ciertas leyes esotéricas, se han hallado principalmente en la región de Tolita.

En el segundo ámbito se muestran platos y pequeñas ollas usadas para la higiene o determinados ritos. Sorprende la enorme variedad de figuras de animales -jaguares, pumas, serpientes y cocodrilos-, algunas de las cuales eran agujereadas para ser usadas como ocarinas. La comisaria apunta que esta sorprendente cultura a orillas de Pacífico tenía una particular relación con los cocodrilos. "Les llamaban con los silbatos para darles de comer y les usaban como protectores", asegura Bolumar. Otras civilizaciones acarrearon la desaparición de los cocodrilos, pues usaron su piel para fabricar bolsos y zapatos.

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