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Reportaje:

Un espacio para la convivencia en manada

El Lobo Park de Antequera ofrece actividades para estar en contacto con la naturaleza

Cuando hace ya más de cuatro años Daniel Weigend y su esposa Alexandra Stieber dejaron su Alemania natal para afincarse en Antequera (Málaga) muchos les tacharon de ilusos y temerarios.

Weigend contaba poco más de 35 años y muchas ganas de hacer realidad su sueño: crear una reserva natural para la cría y conservación de lobos, especie en peligro de extinción en España y en toda Europa.

Este psicólogo alemán enamorado de estos animales ejerció como adiestrador de perros para los cuerpos y fuerzas de seguridad de diferentes países, pero siempre mantuvo una extraña atracción hacia el lobo, que ha sido diezmado en todas partes del mundo. Cuatro años después de embarcarse en una arriesgada aventura, Weigend se siente satisfecho de su criatura: el Lobo Park de Antequera.

Los recintos se han construido para que los animales se adapten a su hábitat

Este parque temático se alza sobre una finca de 40 hectáreas entre Álora y Antequera y su puesta en marcha le ha supuesto a este emprendedor matrimonio un desembolso de casi tres millones de euros. "Escogí Antequera porque en Alemania era imposible montar este parque, por el clima, que allí es muy frío, y por el dinero, pues para comprar en mi país una finca de este tamaño tienes que ser multimillonario", explica Weigend.

El parque cuenta con cuatro grandes cercados de lobos, donde viven lobos europeos, timber, ibéricos y blancos de Alaska o polares, estos últimos no muy frecuentes por ser una raza con pocos ejemplares en el mundo el parque cuenta con una gran variedad de plantas y animales poco frecuentes en la Península Ibérica, que han encontrado en este paraje el hábitat idóneo.

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La mayoría de los lobos han sido criados y alimentados por Daniel e Isabel con biberón, ya que de esta forma se garantiza la socialización del animal. "Es necesario para quitarles el miedo a los humanos; sólo así se puede crear el ambiente adecuado para que el espectador observe tranquilamente a estos animales desarrollando un comportamiento natural. Gracias a que no se interfiere en su desarrollo de relación jerárquica, podremos estudiar su comportamiento social dentro de la manada", indica Weigend.

Los recintos en los que se encuentran los lobos han sido construidos de forma que se adapten perfectamente a su hábitat natural, encontrando en ellos el espacio que necesitan para el desarrollo de la caza, el juego y el reposo. "En estos recintos, combinamos los sitios sombreados con sitios donde los lobos puedan disfrutar del envidiado sol de España, con el objetivo de crear el mejor ambiente para ellos y, además, disponen de piscinas con cascadas en la que podrán tomar refrescantes baños. Uno puede sentir envidia al contemplarlos", cuenta Weigend.

El pasado mes de abril este hombre vio cómo la manada de lobos se incrementaba con el nacimiento de varios cachorros de lobos rusos y una cría de lobo polar, especie de la que tan sólo quedan 250 ejemplares en libertad en el mundo y 20 en cautividad.

Las más de 2.000 personas que visitan al mes el Lobo Park no sólo encuentran la posibilidad de aprender de cómo se comportan los lobos, si no que gozan de otras muchas actividades a desarrollar dentro del parque: paseos a caballo por el entorno de El Torcal de Antequera; clases de equitación y descubrir la vida animal en una granja escuela con decenas de especies son algunas de las actividades que oferta este parque, que en verano está abierto de 10.00 a 20.00 todos los días de la semana. (www.lobopark.com).

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