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Reportaje:

Puebla vive en el ostracismo

La población del Estado mexicano se moviliza contra su gobernador, un político del PRI vinculado a varios casos de violaciones de los derechos humanos

El Estado de Puebla vive en el ostracismo desde hace cuatro meses por obra y gracia de su gobernador, Mario Marín Torres, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La parálisis del Gobierno estatal, el clima social enrarecido, la inquietud de los empresarios y la mala imagen que tienen hoy los poblanos ponen en riesgo la gobernabilidad del Estado, según reconoce el alcalde de la capital, Enrique Doger, también del PRI. Punto estratégico en la geografía mexicana, Puebla es ruta de paso de comercio, pero también de narcotráfico y emigrantes, hacia el Distrito Federal desde Estados como Veracruz, Oaxaca y Guerrero.

El gobernador se ha convertido en un personaje de apariciones fugaces, preparadas con sigilo y en el secreto más absoluto, desde que el 14 de febrero se difundió una conversación telefónica de Marín con su amigo, el empresario Kamel Nacif, que demostraba la vinculación de ambos con la detención en Cancún de la periodista Lydia Cacho y su posterior traslado ilegal a Puebla.

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La violación de las garantías individuales y los derechos humanos de la reportera provocó un escándalo que rebasó el ámbito poblano. El contubernio entre la máxima autoridad del Estado y un empresario de pésima reputación, implicado en una red de pederastia y pornografía infantil, salió a la luz con el diálogo de "cuates" entre ambos, en el que Nacif llamaba "mi gober precioso" a Marín. La frase ya es famosa en todo México y ha servido para la mofa y como lema de innumerables actos de repudio al gobernador.

El alcalde se queja. "Cuando uno dice que es de Puebla, el primer comentario es ah!, el gober precioso, ja, ja". Y reconoce que hasta hace poco todo el mundo podía afirmar que Puebla, patrimonio cultural de la humanidad, es una ciudad preciosa. "Ahora ya no. Tenemos que desterrar la palabrita. Vivimos un clima complicado".

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Los poblanos no recuerdan una movilización ciudadana tan numerosa como la realizada para expresar el rechazo al gobernador. La organización Sociedad en Movimiento, que depende de Coparmex, la patronal mexicana más antigua, recogió 45.000 firmas a favor de "una huelga social de confianza". "Es una manera de expresar el descontento", señala Luis Mora Velasco, presidente de Coparmex. "La ciudadanía no recuperará la confianza hasta que no se esclarezcan los hechos". El presidente de la Wolkswagen, la primera empresa de Puebla, advirtió del riesgo de que el clima de incertidumbre y la parálisis política ahuyenten inversiones. "La inversión extranjera y nacional es muy sensible a cualquier problema que se presente de inestabilidad o de falta de garantías jurídicas", recuerda el alcalde. El Centro de Convenciones, que cada año alberga un buen número de congresos, ha tenido que cancelar varios eventos a causa del "gober precioso".

En época electoral, los políticos huyen de Marín como de la peste. Nadie quiere aparecer en la foto, ni su mentor, el candidato del PRI, Roberto Madrazo, para quien el gobernador de Puebla trabajó en el pasado. En su última visita a la ciudad, Madrazo evitó todo contacto con el controvertido personaje. Otros candidatos, como Andrés Manuel López Obrador (PRD) y Felipe Calderón (PAN), han dicho públicamente que tratarían de ver la manera de destituir al gobernador en cuanto llegaran a la Presidencia.

Los gritos de "!fuera Marín¡" acompañaron el mitin de cierre de campaña de López Obrador en Puebla, el martes pasado. Desde que estalló el escándalo, ni el presidente Vicente Fox ni ninguno de sus ministros se ha dejado ver por Puebla.

En la presentación del informe anual sobre tráfico de personas en el mundo, la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, aludió el pasado 5 de junio al gobernador de Puebla. "La detención de la periodista Lydia Cacho muestra que la corrupción de las autoridades es uno de los principales obstáculos para combatir la trata de personas en México", señaló Rice, que lamentó que Marín siga en sus funciones.

Javier Sánchez Galicia, portavoz del gobernador, mantiene la postura oficial de negar el diálogo entre Marín y Nacif que miles de ciudadanos de Puebla y todo México han podido escuchar por radio, televisión e Internet. "La conversación fue manipulada y como tal no existió", asegura el portavoz.

En manos de la Corte Suprema

El futuro del gobernador del Estado de Puebla, Mario Marín Torres, está en manos de la Corte Suprema de México, que en los próximos días emitirá un dictamen, no vinculante, sobre las dos demandas presentadas por la periodista Lydia Cacho por violación de los derechos de la mujer y de la libertad de expresión, y la presentada por un grupo de diputados federales por abuso de autoridad.

Todo indica que el alto tribunal se pronunciará después de las elecciones presidenciales del próximo del 2 de julio, aunque se comprometió a hacerlo antes. A partir de la recomendación de la Corte Suprema, la Cámara de Diputados federal podría pedir un juicio político a Marín, que debería llevar a cabo el Congreso local de Puebla.

Si el gobernador es destituido antes del próximo 15 de enero, su sustituto provisional deberá convocar elecciones en el plazo de 60 días. De superarse dicha fecha, el reemplazante cumpliría los cuatro años que restan de mandato. Esta es la opción a la que apuesta el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido de Marín y que actualmente tiene mayoría en la Cámara local.

El gobernador, originario de la comunidad indígena mixteca, una de las más pobres al sureste de Puebla, ha hecho toda su carrera política en el PRI. De origen humilde, pertenece a una familia campesina de 11 hermanos. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Puebla, fue alcalde de la capital del estado y secretario de Gobernación. Fue elegido gobernador hace dos años con un millón de votos y tenía ambiciones de llegar muy lejos en la política mexicana. Su hermana declaró en una ocasión: "Nuestro objetivo es Los Pinos [residencia del presidente de la República]".

Una aspiración difícil de cumplir después de que una inoportuna grabación revelara que Marín estuvo detrás del acoso policial y judicial contra la periodista Lydia Cacho. La procuradora general de Justicia de Puebla, Blanca Villeda, ejecutó la orden de detención en febrero. El martes pasado, la fiscal acordó una cita con este corresponsal. Sin previo aviso, no acudió al lugar previsto. Todo un síntoma.

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