El decano de los abogados de Valencia dimite por sus choques con el Consell
Alandete perdió apoyos de la junta del Colegio por sus posiciones
Fernando Alandete dejó de ser decano del Colegio de Abogados de Valencia el miércoles, poco después de las 20.00. Presentó su dimisión. Minutos antes, reunió a los que le acompañaron en su candidatura en 2002 y aún están en la junta para explicarles que estaba cansado y que las presiones eran muy fuertes. Alandete ha protagonizado críticas al Consell que le han supuesto pérdidas de apoyo dentro de la Junta del órgano colegial.
Se negó a servir de gabinete jurídico del Consell contra la derogación del PHN
La agenda del Colegio de Abogados de Valencia tenía prevista la celebración de una junta ordinaria el pasado miércoles, a las 20.00. El orden del día no incluía nada extraodinario. A las 19.30, Fernando Alandete, de 52 años, citó en su despacho a los seis miembros de la junta del Colegio que formaron parte de su candidatura. Fue a ellos a los primeros a los que les comunicó su decisión irrevocable de dimitir. Explicó que estaba cansado, que las presiones eran muchas, cada vez más y que tal vez con su actitud comprometida y crítica estaba arrastrando a la institución, por lo que prefería distanciarse. Alandete agregó que era una decisión meditada e irrevocable. Acudió al inició de la sesión de la Junta. Entró, se sentó y comunicó a los asistentes su decisión. Desde entonces, el vicedecano, Francisco Real, que era vicedecano, pasa a ocupar la máxima representación del colegio hasta que el próximo noviembre se convoquen elecciones. Según algunos de los presentes, Alandete, dijo que el decanato le estaba costando la salud y que tenía motivos personales para retirarse.
Fernando Alandete consiguió en las elecciones de 2002 el apoyo de 1.831 letrados de los 2.515 que votaron. El colegio tiene inscritos unos 9.000. Tuvo como apodo el de el continuista porque se presentó de la mano de José Luis Romero Villafranca, su antecesor y con cuyo equipo había compartido responsabilidades como diputado del Colegio de Valencia. Ganó por una diferencia de 263 votos. Su lema fue: "Una abogacía para el siglo XXI". Y concretó su propuesta en "un colegio vivo, dinámico, abierto, participativo, solidario y receptivo con los jóvenes y con quienes por razones de edad o enfermedad precisen de la ayuda de todos".
Fernando Alandete se hizo cargo de la máxima responsabilidad de los abogados de Valencia un año antes de las elecciones al Consell. Su primera pelea, que ha tenido batallas varias, fue la de intentar que se redujeran los tiempos para que la Generalitat abonara antes lo que corresponde a los abogados del turno de oficio. Después de varios ejercicios, en los que la Consejería de Justicia, ahora en manos de Miguel Peralta, lo que empezó como una reclamación por "sentido común" se ha convertido en una crítica por "la falta de sensibilidad de la administración pública", afirma. Pero después vinieron otros enfrentamientos, también con la cúpula de la judicatura e incluso con algunos fiscales por los juicios rápidos, violencia doméstica o menores.
Sin embargo, han sido los últimos meses los que han ido abriendo una brecha con algunos de los miembros de la junta (renovada en parte hace dos años, ya que cada elección renueva sólo la mitad de la composición) por dirigir sus críticas al Consell. La primera de las diferencias de fondo se evidenció el pasado año cuando la Generalitat pidió a los colegios de abogados su apoyo para atender, gestionar y hasta provocar la presentación de recursos por los daños causados por la derogación del Plan Hidrológico Nacional (PHN). La Generalitat pretendía convertir a los colegios de abogados en su gabinete jurídico. Alandete encabezó la negativa por entender que ese planteamiento era cicatero y vulneraba el libre ejercicio de la abogacía.
Esa situación coincidió con una posición igualmente beligerante en el seno del Consejo General de la Abogacía en referencia a las modificaciones en cuanto a la mutualidad. Exigió compromisos de todas las administraciones para que no se produjera una discriminación, que el entiende evidente, y desprotección a los sectores más vulnerables del ejercicio del derecho.
Y desde ahí, cada una de las críticas se vio respondida por Enrique Fliquete, presidente de la Asociación de Abogados y Juristas de Valencia, primero, y por Javier Montero desde la Asociación de Juristas para la Democracia después. Ambos colectivos, minoritarios y próximos al PP, han contestado por ejemplo que Alandete considerara públicamente inoportuno que permaneciera un partido, en referencia al PP, tanto tiempo en el gobierno y recomendara al presidente Francisco Camps "una temporadita en la oposición porque no viene nada mal". Lo han hecho cuando ha criticado la falta de atención a los abogados como profesionales liberales con necesidades colectivas específicas, cuando ha hablado directamente de manipulación por parte del Consell en determinados mensajes respecto del agua o del Estatut, en su fase de elaboración. Fliquete y Montero están directamente relacionados con el PP.
La actitud crítica de Alandete, a quien ayer letrados como Rafael Iniesta, Mari Luz Cuesta, María José Santacruz o Francisco Davó definían como "el más democrático de todos los que hemos conocido porque todo se ha votado, todo se ha discutido, nunca ha hecho uso de su voto de calidad y actuado siempre fiel al mandato del Colegio", le ha valido la dimisión. Alandete, en cuya candidatura estaba la actual directora general de Justicia, Patricia Montagut, fue percibido como un hombre próximo a las posiciones del Consell del PP. Pero la distancia por sus posicionamientos se ha ido trasladando a la junta del Colegio, hasta que ya el pasado mes de mayo percibiera la pérdida de algunos apoyos y supiera después de la posible iniciación de una campaña de recogida de firmas para obligarle a saltar.
