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Los socialistas descartan despejar antes de las elecciones la incógnita sobre sus futuras alianzas

Nadal y Castells afirman que no hay necesidad de nuevos pactos antes de las elecciones

Enric Company

Los socialistas catalanes no van a despejar la incógnita sobre sus futuras alianzas de gobierno hasta después de las elecciones autonómicas, previstas para el otoño. Lo dijeron ayer dos destacados dirigentes y miembros del Gobierno, Joaquim Nadal, portavoz del ejecutivo, y Antoni Castells, consejero de Economía. Nadal dejó claro que es perfectamente posible pactar el Estatuto con CiU y, dentro de seis meses, no pactar el Gobierno con los nacionalistas. Castells afirmó que el PSC no ha de descartar ninguna posibilidad de pacto antes de las elecciones autonómicas de otoño.

Nadal sostuvo: "No es necesario ningún pacto" con CiU para garantizar la estabilidad política en Cataluña, a pesar de que algunos sectores empresariales presionan para que se forme un gobierno sociovergente, como se denomina a una eventual alianza entre PSC y CiU.

Pocos días después de que el Gobierno del PSOE pactara un paquete de medidas tan importante como la reforma fiscal con el centro-derecha nacionalista de CiU y PNV, el portavoz del Gobierno bipartito de la Generalitat destacó a Europa Press que el espacio político catalán "es diferente que el conjunto del espacio político español".

La diferencia radica, especificó, en que en Cataluña "no estamos en un bipartidismo incompleto o imperfecto, sino en un sistema multipartidista en que hay dos partidos principales que no son los mismos que encarnan el bipartidismo en España".

La incertidumbre acerca de las futuras alianzas de gobierno en Cataluña se ha instalado en el centro del debate político catalán, ensombreciendo incluso el debate sobre el Estatuto de Autonomía, que se somete a referéndum el 18 de junio.

Todos los sondeos coinciden en señalar una notable estabilidad del electorado, que apunta al mantenimiento con pocas variaciones de la actual correlación de fuerzas en el Parlamento catalán, en la que la amplia mayoría de izquierdas sólo podría ser desbancada por la alianza entre las dos princiales fuerzas, PSC y CiU o por una mayoría nacionalista formada por CiU y ERC.

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El pacto entre PSC y CiU cuenta con partidarios y detractores en ambas fuerzas. Tras la ruptura del tripartito de la izquierda que ha dirigido la Generalitat en los últimos dos años y medio, los socialistas no se han pronunciado formalmente sobre sus alianzas futuras. Aunque algunos de sus líderes, comenzando por el propio presidente del partido y de la Generalitat, Pasqual Maragall, se hayan mostrado abiertos a una reedición del tripartito "sobre nuevas bases".

Pero el consejero Castells advirtió de que el PSC no debe cerrarse ninguna puerta. El PSC ha de acudir a las elecciones, afirmó, "con el inequívoco objetivo de ganarlas claramente" y de salir de ellas "con fuerza suficiente para conducir un gobierno que impulse políticas progresistas y catalanistas".

Las posibilidades para formar alianzas habrán de ser examinadas a la vista de los resultados electorales, añadió el dirigente socialista. "Pero mal podríamos ir a unas elecciones diciendo a los electores que nos voten porque gobernaremos con éstos o con aquéllos. Nosotros queremos que nos voten porque queremos que gobierne el PSC", afirmó.

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