Ronaldinho abre las puertas de su casa a Canal+

Ronaldinho, la sonrisa del fútbol es el título del documental que Canal + frece esta noche (22.00) para entender al mejor jugador del mundo. El reportaje es un recorrido por la vida de Assis Moreira, Ronaldinho, desde que aterriza en el Camp Nou hasta que llega a su casa y se queda dormido. Es el propio futbolista el que se dirige a la cámara, oficiando de anfitrión en su mansión de Castelldefels. El astro se detiene a repasar su carrera y sus obras: desde la samba hasta el gol de Stamford Bridge, pasando por el regate que le hizo a Dunga, una mini-rabona increíble que lo elevó a la categoría de mito del Porto Alegre (Brasil).

La cámara descubre a un deportista que se siente músico, percusionista de batucada y genio de peladas, o duelos de habilidad. Es el Malandro posmoderno, mimoso, que apenas conoció los barrios pobres de su ciudad porque su hermano Roberto hizo carrera en el fútbol y proyectó a la familia a otro nivel social. A diferencia de los antiguos maestros del fútbol brasileño, el héroe que presenta Canal + no conoce los vicios ni el riesgo, ni proviene de una favela, ni es un tunante con pies de bailarín.

Ronaldinho no es Garrincha. El documental ofrece la prueba irrefutable cuando lo muestra completamente estirado sobre su melena de santón en un sofá gigante acunado en el regazo de su madre, la enérgica doña Miguelina, hasta conciliar el sueño. Porque en la vida de Ronaldinho, doña Miguelina es tan sagrada como la siesta. El hombre tiene motivos para estar fatigado: acaba de comerse una barbacoa gaucha con el apetito de un tiranosaurio. El plato contiene todas las variantes de la carne de vaca. Lo señalan sus amigos en un jardín humeante: "Entraña, costillares, picanha...". Sólo falta una cosa, que lamentan los 20 comensales: "El corazón, que en Brasil nos gusta mucho, pero aquí es difícil de encontrar".

En esta dieta a base de corazón se insinúan algunos de los secretos mejor guardados del jugador del Barcelona y de la selección brasileña. Su modo de vida y la consideración que le tienen en su familia ofrecen otra pista. "Soy el bebé de la casa", dice Ronaldinho, antes de estallar en una de esas risotadas capaces de contagiar al mundo.