Madre hay más que una
Hace unos días, en Buenafuente, Jaime Cantizano, de ¿Dónde estás, corazón? (Antena 3), explicó que su madre lo llamó para recriminarle severamente haber preguntado a una colaboradora qué le parecía el pene de un famosete. Por lo visto, fue la única que lo riñó.
Está la madre posesiva, a la que no se ve, de un hilarante personaje de Camera café (Tele 5), pero no había advertido la frecuentísima presencia de las madres en los espacios de indecoroso cotilleo. En Tele 5 han dedicado varios capítulos a una añeja riña entre Bienvenida y su progenitora, con reproches mutuos y una tendencia entre los contertulios a dar crédito a la segunda por aquello de que es madre y, quizá, intervenía gratuitamente en el espectáculo. Por el contrario, en Antena 3 ha habido críticas al papel de madre de Isabel Pantoja, que llamó por teléfono, en principio espontáneamente, a ¿Dónde estás, corazón? para reivindicar su papel de madre y padre. También fue citada en un fangoso TNT (Tele 5) dedicado a hurgar en la vida de una locutora fallecida hace 10 años a la que llevan una semana dedicándole una sospechosa atención.
Además de la primera madre citada, me quedo con una abuela que, en Tele 5, estaba junto a su nieta, con serios problemas de obesidad. Se trataba de convencer a la nieta de que se sometiera a la disciplina de la dietética. Y hubo una sanísima frase de la abuela: "Algunas cosas que le he de decir... se las digo en casa y no aquí". Si prosperase esta recomendación de silencio, de que ciertas cosas pertenecen al reino inviolable del hogar, de lo privado, habría una crisis en la parrilla amarilla.
La última madre en esta antología es la de Berlusconi, que fue a votar con su hijo, en su último día de castidad. La mamma le sirvió para una nueva treta mediática: indicar ante las cámaras qué voto debía depositar. El candidato multimedia y faltón, a pesar de todo, ha sido derrotado por la mínima. Tanto que, la noche del lunes, con un eterno recuento, fue un suplicio para los corresponsales que, a cada conexión, sólo podían pedir, como Prodi, paciencia.
