La subida del petróleo modera al 12,5% el crecimiento del beneficio de las empresas

Las empresas siguen ganando dinero, pero menos que en el pasado. El beneficio ordinario de las empresas no financieras españolas aumentó el 12,5% en 2005, cinco puntos menos que en 2004. La desaceleración se debió al impacto de la carestía de los combustibles y el recorte de márgenes, según datos del Banco de España. El resultado neto, que incluye extraordinarios, aumentó el año pasado un 26,2% gracias al buen comportamiento de las inversiones en Latinoamérica y las plusvalías bursátiles. Las retribuciones salariales crecieron una media del 3%, y el empleo, un 0,8%.

A las empresas españolas les sigue yendo muy bien. El pasado año registraron un beneficio neto ordinario -el que mide los resultados de la actividad propia- un 12,5% superior al obtenido en 2004, según los datos de la Central de Balances Trimestral (CBT) que realiza el Banco de España a partir de datos de 800 empresas de industria, comercio, transportes y comunicaciones.

Se trata de un buen dato -superior al crecimiento nominal de la economía, que fue del 8,1%-, pero que confirma la desaceleración, ya que en 2004, el beneficio ordinario de las empresas creció un 17,7% respecto al año anterior. El Banco de España explica esta ralentización por el impacto negativo que ha tenido la subida de los precios del petróleo sobre las empresas (salvo las del sector petrolífero) y, de forma especial, sobre las de transporte, comunicaciones y eléctricas, que vieron cómo se disparaban sus costes.

Debilidad de la zona euro

Además, las empresas industriales, que habían comenzado 2005 con una evolución positiva, fueron empeorando progresivamente durante el año, debido tanto a la caída de sus márgenes como a la debilidad de la demanda de los países de la zona euro, a los que se destina la mayor parte de las exportaciones.

Si se toma el beneficio neto, en el que se incluyen los extraordinarios, la evolución de los resultados empresariales fue aún mejor, ya que creció en 2005 un 26,2%, un aumento tres veces superior al registrado en el ejercicio anterior. Ese espectacular incremento se debió fundamentalmente a la reversión de provisiones dotadas en años anteriores, en particular las asociadas a inversiones en Latinoamérica, y a las plusvalías por venta de acciones.

En el conjunto de la muestra se observa cómo la actividad exterior mantuvo su aportación negativa al crecimiento, en un año en el que tanto las importaciones como las exportaciones experimentaron una sensible desaceleración, según indica el informe.

La dicotomía creada por los precios de la energía se vio reflejada en el crecimiento de los distintos sectores. Así, la actividad registrada en el conjunto de la economía (medida por el valor añadido bruto), que fue del 4,6%, tasa algo más de un punto inferior a la alcanzada un año antes (5,8%). Sin embargo, el encarecimiento del petróleo tuvo un efecto positivo en el sector energético, en el que la actividad creció el 9,7%. También las empresas de electricidad, gas y agua aumentaron un 5% su actividad por la expansión de las gasísticas y el aumento de la demanda de electricidad, que creció el 3,3%.

El resto de sectores que tienen la energía como coste crecieron mucho menos. Así, la actividad del comercio, pese al elevado consumo, creció un 3,9%, inferior en tres puntos con respecto al crecimiento de 2004, mientras que el transporte y las comunicaciones aumentaron el 2,7%, dos puntos menos que el año anterior debido a los mayores costes de producción.

A los asalariados les fue peor que a sus patronos. Las remuneraciones medias se mantuvieron estables con una subida del 3%, la misma que en 2004, cuatro veces menos que los beneficios empresariales. Los gastos de personal aumentaron el 3,8%, ocho décimas más que en el año anterior. Este capítulo cada vez tiene menos importancia en los costes empresariales, ya que su porcentaje sobre el total de la producción ha caído unos siete puntos entre 1995 y 2005.

Gastos de personal

Y es que el principal motivo del aumento de los gastos de personal fue el propio incremento del empleo, que aumentó un 0,8% en 2005 (frente al crecimiento nulo de 2004).

La evolución más positiva se registró en el comercio, con una subida del 2,6%, que fue sin embargo inferior a la de 2004 (4,3%). Los transportes y las comunicaciones amortiguaron la caída del empleo de años anteriores, ya que redujeron sus plantillas el 0,6%, frente al 1,8% de 2004, y también descendió el empleo en las empresas energéticas, el 0,9%, en menor medida que el año anterior, en que bajó el 1,1%.

Por tipos de contrato, el empleo fijo registró un crecimiento del 0,5% el pasado año, mientras que el temporal experimentó un incremento del 2,3%

Los gastos financieros crecieron un 7,8%, un aumento que, según el Banco de España, se explica por una mayor apelación a fuentes de financiación ajenas, en contraste con los descensos continuos iniciados en 2001 y con el retroceso del 7,4% registrado en 2004.