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Reportaje:

El 'giro' de la huelga de Irún

Protagonistas y afectados por el paro de la limpieza creen que la Vuelta al País Vasco ha favorecido la negociación

Maribel Marín Yarza

El conflicto que vive Irún por la huelga de la limpieza iniciada el 23 de enero por 58 trabajadoras de Eulen, Clece y Valoriza -exigen su equiparación salarial con las funcionarias municipales- dio un vuelco la semana pasada. Y dicen tanto algunos de sus protagonistas como personas afectadas que no por casualidad. "No puede olvidarse que estamos a un año de las elecciones municipales. Pero está claro que más a corto plazo, la Vuelta ciclista al País Vasco ha sido también clave para desbloquear la situación y favorecer la constitución de una mesa negociadora", coinciden. Hoy, el mismo día en que patronal y sindicatos se reúnen por segunda vez para tratar de llegar a un acuerdo, la carrera ciclista parte de Irún con toda su repercusión mediática.

Los padres de escolares tenían permiso para manifestarse al inicio de la carrera ciclista

La corporación que lidera el socialista José Antonio Santano anunció el 23 de marzo que había iniciado los expedientes de rescisión de los contratos con las empresas que limpian sus edificios municipales: escuelas de educación primaria, residencia de ancianos y oficinas de servicio de atención ciudadana, entre otras instalaciones. Y no sólo eso, advirtió también de que había decidido asumir la gestión del servicio a través de una convocatoria pública de empleo. Hasta completar ese proceso de municipalización, quiso destacar, un equipo de 15 personas solicitadas al Inem se encargarán de la limpieza de edificios.

Ni una semana después, daba marcha atrás y paralizaba todas las medidas anunciadas, tras conocerse que empresas y sindicatos se sentaban por fin a una mesa. "Pero no se sabe qué fue antes, si el huevo o la gallina", dicen algunas víctimas colaterales de esta batalla laboral. "¿No será que por fin, después de meses diciendo que el conflicto le es ajeno, intervino para que negociaran? Hay una cosa que a mi me da qué pensar: se sabía que las trabajadoras planeaban movilizarse en la salida de la Vuelta al País Vasco". Y no eran las únicas. Los padres de escolares de primaria también habían planeado utilizar este acontecimiento como plataforma para sus protestas. "Teníamos incluso los permisos para manifestarnos con el inicio de la carrera", confirma el presidente de la Asociación de Padres de la ikastola Toki Alai, Eduardo Arzak. "Pero hemos suspendido la movilización al ver que la huelga parece encaminada hacia una solución. Somos optimistas".

Lo que sí mantienen es la protesta que han venido realizando los últimos lunes. Hoy, entre las nueve y las once de la mañana, se presentarán con sus hijos en la plaza del Ayuntamiento para hacer visible su enfado por las condiciones en las que estudian los pequeños desde que se declaró la huelga. Porque aunque el consistorio ordenó una primera limpieza general de los centros el pasado fin de semana -se desarrolló con la presencia policial por la acción de los piquetes- "la situación no ha cambiado", según Elena Berazadi, directora de la ikastola Txingudi. "Los servicios mínimos no se hacen bien. Y luego hay otra cosa. Además del gimnasio, las salas de psicomotricidad, el laboratorio... hay tres aulas que no se han tocado desde que empezó la huelga", denuncia. Por esta falta de higiene, que también afecta al resto de escuelas de primaria, se han multiplicado este año en las aulas de Irún los problemas de alergias de alumnos y profesores. Y también por eso se celebró el 25 de marzo una multitudinaria manifestación bajo el lema Queremos una escuela limpia.

"Al final, el alcalde tenía en contra a los padres, a los directores de centros, a los amigos y familiares de las trabajadoras que se iban a quedar en la calle si el Ayuntamiento rescindía los contratos a las empresas", apunta un padre de familia, militante del PSE. "Y además, las elecciones están muy cerca y las direcciones de los partidos empiezan ya a ponerse nerviosas...".

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La realidad es que Irún vive, sólo desde la semana pasada, su particular alto el fuego en lo que atañe a esta huelga. Se dejó sentir especialmente a partir del viernes, cuando representantes de las empresas y de los sindicatos celebraron una reunión que ambas partes calificaron de fructífera.

Las huelguistas, con un sueldo base de 14.700 euros brutos anuales, llevan más de dos meses pidiendo la equiparación salarial con las limpiadoras municipales, que cobran un 35% más. Y la patronal no llegó a ofrecerles exactamente esa subida, pero sí se prestó a igualar en ocho años sus sueldos a los de las mujeres que limpian aulas de secundaria para el Gobierno vasco -tienen ingresos algo menores-. Los sindicatos, que están dispuestos a rebajar la diferencia retributiva aunque en menos tiempo, valoraron "positivamente la propuesta" y anunciaron la suspensión de todas sus movilizaciones hasta la celebración hoy de la segunda mesa negociadora. La vuelta al País Vasco comienza a las 13.45.

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