Ya no hay factor sorpresa
Las cosas se le han complicado a España. No sólo por el punto perdido, sino porque el factor sorpresa ha desaparecido. Todo lo que hace resulta más previsible para los rivales, que han estudiado a fondo los vídeos del Mundial de Túnez. Ahora, cuando hace un quiebro para ganar el uno contra el uno, Chema Rodríguez se topa de inmediato con otro defensor. También nuestra defensa ha sido estudiada al detalle y los adversarios sabrán cómo atacarla.
España tiene mejores jugadores que Alemania. Sin varios históricos ni Velyky, su central natural, el germano no es ya el gran equipo que ganó el oro en el Europeo de Eslovenia y la plata en los Juegos de Atenas. Sin embargo, pudo ganar jugando con humildad, realizando ataques lentos y largos y basándose en las aportaciones de Hens, demasiado libre para buscar sus mejores posiciones de tiro.
No jugó bien España. Permitió que Alemania reaccionara aprovechando nuestros errores en el ataque para armar rápidos contragolpes resueltos en primera y, sobre todo, en segunda oleada. En la defensa se siguió teniendo problemas para cerrar las líneas del balón al pívote. Y no se aprovecharon las superioridades numéricas. Pero lo más preocupante es que a España le faltó un plus, un esfuerzo más, con el partido encarrilado.
Que España es superior a Alemania quedó patente en la parte final, cuando en seis minutos remontó tres goles y acabó disponiendo de un balón que pudo darle la victoria. Ahora nos espera Francia, que ayer se presentó, ante Eslovaquia, como un conjunto muy fuerte.
