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Aparecen tres nuevos casos de gripe aviar cerca de Ankara

La gripe aviar se extiende por Turquía. El Gobierno de Ankara anunció ayer que estudia tres nuevos casos, los de dos niños y un adulto, que se encuentran ingresados en la capital. Con ello ya son siete los casos: dos niños que han fallecido por el virus H5N1, otro niño que también tiene el H5N1 y otras cuatro personas: dos con el H5N1 y dos de las que sólo se sabe que es un virus H5. Los virus de la gripe se identifican por dos proteínas de su cubierta, la H y la N, de las que hay varios tipos. La combinación más peligrosa, que ha causado ya 74 muertes (72 en China y el sureste asiático y dos en Turquía) es la H5N1.

Los tres nuevos casos sopechosos están ingresados en dos hospitales de Ankara. Según el gobernador de la capital, Kemal Onal, los análisis practicados en un laboratorio han verificado que la causa de la enfermedad de todos ellos es la gripe aviar, pero el tipo exacto de virus debe ser confirmado por el laboratorio de referencia de la Organización Mundial de la Salud en Weybridge (Reino Unido).

Los dos nuevos niños afectados, cuya identidad no ha sido revelada, proceden de la localidad de Beypazari, ubicada a unos cien kilómetros al noroeste de la capital, y permanecen vigilados en el hospital Kecioren de Ankara. El adulto, por su parte, fue ingresado en el centro médico de Numune, al que varias ambulancias han traslados este domingo varios pacientes desde las localidades cercanas a la capital. Se desconoce si los tres nuevos enfermos proceden de una misma familia.

Tres hermanos

Expertos turcos todavía analizan si una tercera niña, fallecida el viernes y hermana de los dos adolescentes muertos, pereció asimismo por el virus H5N1.

Los nuevos casos parecen hacer realidad uno de los mayores temores de las autoridades turcas, que temían que el mal se extendiese a todo el país desde las cinco provincias fronterizas del este puestas en cuarentena. El temor había comenzado a cobrar forma tres días atrás, cuando se descubrieron dos patos salvajes muertos cerca de Ankara. Además, se realizan pruebas a personas con síntomas en la zona de Bursa, cercana a Estambul, ya en la parte oeste del país.

Ayer, la Organización Mundial de la Salud repitió que no había motivos para la alarma, ya que seguía sin demostrarse que el virus fuera capaz de pasar de persona a persona. El Centro de Control de Enfermedades europeo (ECDC, por sus siglas en inglés), explicó que el contacto entre humanos y animales es muy estrecho en la región donde han aparecido los primeros casos. Se trata de una zona montañosa, cercana al Ararat, la cumbre más alta de Turquía, con 5.165 metros de altura, donde es habitual que las familias metan a las aves de corral en las viviendas para protegerlas del frío, lo que facilita la transmisión del virus.

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