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Las cavas medianas y pequeñas también se resienten del boicoteo a los productos catalanes

Las pequeñas empresas venden más en España que fuera y temen que la pérdida sea irreversible

A las puertas de la Navidad, temporada en la que los productores de cava se lo juegan casi todo, el boicoteo al cava catalán no sólo ha echado a temblar a las grandes marcas más conocidas, como Freixenet y Codorníu, cuyas ventas ya bajaron el 4% en el mercado interior el pasado ejercicio. Empresas medianas como Gramona o Juvé Camps y otras cavas más pequeñas, que venden más en España, admiten que el impacto del boicoteo es una realidad, aunque no dan cifras y se resisten al alarmismo. Caves Nadal considra que lo peor es que "se está abriendo la puerta a productos sustitutivos", en alusión al champán.

De las 270 empresas inscritas en la denominación de origen DO Cava, casi todas catalanas, cerca de la mitad venden sus productos al resto de España. Y todas las consultadas coinciden en que esta campaña tendrán menor movimiento comercial en el mercado interior. Una situación opuesta a la frenética actividad que viven las cavas de fuera de Cataluña, con la paradoja de que algunas de estas últimas compran a elaboradores catalanes el vino con que dar respuesta a su floreciente demanda.

Los empresarios se muestran confiados en que el boicoteo será una "fiebre pasajera"; pero la preocupación existe en el sector. Los productores de cava concentran en diciembre buena parte de sus ventas de todo el año en España (el 53% en 2004).

Empresas importantes como Gramona o Juvé Camps, con una presencia notable en el mercado español, admiten que los efectos de la campaña son una realidad que no se puede esconder. Los resultados de otras empresas -Vallformosa, Caves Agustí Torelló y Caves Hill- también contribuirán a esclarecer el alcance de este inesperado obstáculo para el sector. A juicio de Xavier Nadal, director general de Caves Nadal, en Pla del Penedès, es preocupante un posible resultado negativo de los balances comerciales del sector, pero lo peor es que "se está abriendo la puerta a productos sustitutivos de forma irreversible", en clara referencia al champán.El sector sabe que el cliente que acabe cambiando el cava por el champán "es un cliente difícil de recuperar", señala una fuente del Consejo Regulador del Cava. El espumoso francés empieza a encontrarse ya en grandes centros comerciales a unos precios muy competitivos, que se situán muy cerca de los precios de los cavas de mayor calidad. El 69% de las botellas de cava se venden en supermercados e hipermercados. Por distribución de consumo, la hostelería y la restauración suponen el 31% de las ventas.

Las empresas más pequeñas del sector también apuestan para tener mercado fuera de Cataluña. Algunas se concentran en la exportación y otras en el resto del territorio español, muy concretamente en Euskadi, Madrid y Valencia. En el primer caso parece que la repercusión del boicoteo es nula, mientras que en los mercados madrileño y valenciano la situación es bien distinta.

Cambio de obsequio

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"Tenía clientes que hacía años que me compraban cava para obsequiarlo, y ahora han decidido regalar otra cosa", explica Lina Mestres, de las pequeñas cavas Martí Serdà. Este ejemplo es válido para muchas otras empresas, que no es que pierdan dinero, sino que lo dejan de ganar. También se dan casos de anulaciones de pedidos. La mayoría de las cavas más pequeñas venden su producto en el mercado español en pequeñas cantidades, por lo que la influencia del boicoteo es menor para ellas, "aunque todo suma y el dinero siempre es importante", continúa Mestres.

En el ejercicio anterior, los cavistas vendieron 100 millones de botellas en el mercado interior y 114 millones en el exterior. Las ocho empresas que consiguieron exportar más de un millón de botellas acaparan el 94% de las exportaciones del sector. Que exporten al año entre 100.000 y un millón de botellas hay sólo 14 empresas; pero casi un tercio de los elaboradores trabajan en el mercado internacional, por poco que sea.

Toni Albet, de Albet i Noya, explica que para muchas empresas "es más fácil exportar que vender en el resto de España". El hecho de ser un país productor de vino con un gran número de marcas y denominaciones de origen nacionales y con una gran competencia es una de las razones que explican las dificultades para consolidarse en el mercado español, sostiene Albet. Albet i Noya, pionero en vinos y cavas de producción ecológica, vendió el año pasado 44.000 botellas en el mercado interior y 900.000 en el extranjero.

El perfil del consumidor que se abone al boicoteo también influirá en el resultado final, explican los cavistas. Entre éstos se halla extendida la percepción de que los que prefieren comprar cava no catalán son clientes esporádicos de este producto que sólo compran algunas unidades por Navidad, mientras que los clientes habituales no renuncian al espumoso catalán. En opinión de Xavier Nadal, el cava catalán tiene "una calidad y una base indestructibles".

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