_
_
_
_
FÚTBOL | 15ª jornada de Liga

El penúltimo regalo del Gaucho

La noche en que Ronaldinho se presentó ante la afición del Barça en un partido de Liga jugaba el Sevilla en el Camp Nou y Reyes, que ahora juega en el Arsenal, adelantó a los andaluces al transformar un penalti. Aquel partido, que se jugó de madrugada, el 2 de septiembre de 2003, lo empató el brasileño regalando su primera genialidad inolvidable a la afición, tras correr 20 metros conduciendo el balón y soltando un zapatazo antes de pisar el área que el portero rival no pudo detener. Han pasado más de dos años y todo ha cambiado mucho en el Barcelona, en gran parte por culpa del Gaucho, que ayer, antes de volver a encontrarse con el Sevilla, compartió con la afición el Balón de Oro que le entregó France Football el pasado 28 de noviembre en París.

Fue antes de empezar un partido que se preveía tan complicado como resultó. Con la dorada pelota en las manos apareció sobre el césped la madre del delantero, que recibió el beso de su hijo antes de entregarle ese trofeo que nadie discute que ha merecido en el último año. Ronie lo ofreció simbólicamente a su afición y se lo devolvió a mamá mientras la grada hacía lo que volvería hacer apenas una hora más tarde: corear su nombre, rendidos todos a su grandeza.

Ronaldinho demostró ser futbolista de ida y vuelta. Sus acciones se justifican por lo que tienen de necesarias tanto para el juego del equipo como para el ánimo de la hinchada. Lo resume un detalle. Recibió pegado a la banda, mediada la primera mitad, con Martí resoplando en su nuca, como durante todo el partido, un pase tocado de Sylvinho que venía lanzado; levantó el balón y se lo devolvió a la lateral con un maravilloso golpeo de tacón, al espacio, aprovechando su carrera.

Consciente de que al Barça le faltaban mimbres en la creación y que además el Sevilla es el equipo que menos oportunidades de gol concede a sus rivales, Ronaldinho asumió responsabilidades propias de pasador. Dio 40 pases, sólo cinco mal; recuperó seis balones y perdió siete, forzó seis faltas a favor y sólo cometió una en contra. Además, disparó cinco veces a puerta, una desde la esquina, porque fue él quien sacó los córneres. Y desde allí sirvió el empate a Eto'o, apenas unos minutos antes de marcar su décimo gol, que fue otra maravilla, otro regalo más al barcelonismo.

Ayer el Barcelona organizó una campaña de recogida de regalos para Navidad entre sus socios. Ronaldinho dejó el suyo al barcelonismo en otros 90 minutos de fútbol inolvidables.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_