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La Cumbre del Clima pende de un hilo tras las exigencias de última hora de EE UU

Washington se retiró de la negociación y luego planteó cambios que podrían vaciar el acuerdo

Un acuerdo global con vistas a las acciones para afrontar el cambio climático, que incluiría a los países en desarrollo del Protocolo de Kioto y les dejaría la puerta abierta para ir abordando su implicacion futura, pendía en la madrugada de ayer de un hilo, ante la exigencia planteada en el último momento por EE UU. Washington, que había llegado a irse de las negociaciones, planteó a última hora dos modificaciones aparentemente mínimas al acuerdo, pero que podrían vaciarlo de contenido e incluso, según algunos expertos, debilitar el alcance de Kioto.

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Estados Unidos exigió eliminar la referencia de "a largo plazo" que definía en el texto original del acuerdo las acciones de cooperación contra el cambio climático y, sobre todo, planteó una modificación según la cual se animase a los países para que asumieran voluntariamente actuaciones de mitigación de emisiones de gases: así se eliminaría que esa voluntariedad correspondiera sólo a los países en desarrollo, y la consecuencia sería que tambien los países desarrollados tendrían la opcion voluntaria.

Estados Unidos había abandonado horas antes las negociaciones clave para el acuerdo final, y sólo cuando faltaba media hora para el cierre oficial de la cumbre la delegación de Washington hizo sus dos propuestas. Con ello desbarató el complejo entramado que los participantes habían conseguido y les obligó a volver a poner en pie unas negociaciones que continuaban durante la pasada madrugada.

En caso de que la negociación se bloqueara finalmente, la UE planeaba lanzar un texto de contenido similar al acuerdo y someterlo a la firma de decenas de países que ya habían manifestado su actitud positiva. Las actividades de la cumbre se interrumpieron ayer casi una hora para recibir a un invitado de excepción: el ex presidente estadounidense Bill Clinton.

En una acto paralelo a la conferencia, Clinton, invitado por el alcalde de Montreal, Pierre Trembley, defendió la actuación conjunta y multilateral de todos los países contra el cambio climático y resaltó los efectos positivos, tanto en la economía como en el empleo, de las estrategias energéticas limpias y los desarrollos tecnológicos asociados.

"Me gusta el Protocolo de Kioto, pero tiene algunas pegas", como no incluir en los compromisos cuantificables a determinados países en desarrollo cuyas emisiones van a crecer enormemente, añadió Clinton. "Tenemos que encontrar la forma de actuar todos juntos, no hay mejor ámbito para aplicar el principio de precaución que el cambio climático".

Precisamente el rechazo a actuar todos juntos es lo que había manifestado la delegación de su país, cuando el delegado estadounidense abandonó la negociación.

Dos vías de actuación

El acuerdo que habían alcanzado la UE, Japón y otros países desarrollados del Protocolo de Kioto con las naciones en vías de desarrollo es un paquete que recoge dos vías paralelas de actuación para preparar las futuras acciones ante el calentamiento, después de que en 2012 termine el primer plazo de cumplimiento del protocolo. Por una parte, los países desarrollados, cumpliendo lo ya estipulado en dicho acuerdo internacional, "deciden iniciar un proceso para considerar futuros compromisos", que deberían adoptarse en un plazo suficiente como para que no haya interrupción entre el primero y el segundo plazo de cumplimiento del protocolo de Kioto.

En paralelo, de lograrse un acuerdo más amplio, inscrito en la convención, llevaría a todos los países a "entablar un diálogo para explorar y analizar enfoques estratégicos para actuaciones a largo plazo ante el cambio climático", sobre los ejes de desarrollo sostenible, adaptación a los efectos del calentamiento, desarrollo de tecnologías y aprovechamiento de los mecanismos de mercado. La continuidad en las medidas más allá de 2012 ha sido destacada como esencial en esta XI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y primera reunión de los Miembros del Protocolo, entre otras cosas para despejar el horizonte a los sectores económicos que empiezan a actuar en el mercado de emisiones de gases de efecto invernadero y en los proyectos de desarrollo tecnológico.

"Es un texto promovido por la UE, que cuenta con el apoyo de los países en vías de desarrollo", comentó la ministra española de Medio Ambiente Cristina Narbona acerca del borrador negociado. Por su parte Margaret Beckett, secretaria de estado de Medio Ambiente del Reino Unido, representando a la UE, dijo: "Hay mucha buena voluntad y se han hecho progresos en todos los puntos abordados".

En cualquier caso, en Montreal ha quedado claro que en el proceso resulta clave la postura de los países en vías de desarrollo. Ellos esperan recibir ayudapara hacer frente al cambio climático y temen que se les involucre en una dinámica que acabe obligándoles a asumir compromisos fijos de contención de emisiones similares a los que ya tienen los países desarrollados.

El ex presidente estadounidense Bill Clinton se dirige a los participantes de la cumbre de Montreal.
El ex presidente estadounidense Bill Clinton se dirige a los participantes de la cumbre de Montreal.ASSOCIATED PRESS
Manifestantes desplegaron ayer en Montreal lemas como "Salvemos nuestro planeta".
Manifestantes desplegaron ayer en Montreal lemas como "Salvemos nuestro planeta".ASSOCIATED PRESS

Las cuentas del CO2

La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha aumentado un 30% desde el inicio de la revolución industrial hasta ahora, un cambio muy rápido sin precedentes en la historia. De esas emisiones extra de CO2 han sido responsables los países que más se han industrializado. Pero el panorama a principios del siglo XXI ha cambiado, y ya no son los países desarrollados los únicos que están inyectando al aire los compuestos que refuerzan el efecto invernadero natural provocando el cambio climático.

Los países desarrollados que han ratificado el Protocolo de Kioto (esencialmente los de la UE, Canadá, Japón, Rusia y Nueva Zelanda) emitían a la atmósfera en conjunto 8.131 millones de toneladas de carbono anuales en 2003. Los países desarrollados que no aceptan el Protocolo, es decir, EE UU y Australia, sumaban 7.409 millones toneladas en la misma fecha. Los grandes países en desarrollo (China, Brasil, India, México y Suráfrica) estaban ya en 6.594 millones de toneladas en 1994, último año para el que hay datos oficiales uniformes. Son las cifras barajadas por Josep Garriga, miembro de la delegación española en la cumbre de Montreal y técnico de la Generalitat de Cataluña.

Estas cuentas del CO2 ponen de manifiesto, explican los expertos, por qué el compromiso de los países desarrollados dispuestos a cumplir Kioto (reduciendo sus emisiones en una media del 5,2% en el periodo 2008-2012 respecto al nivel de 1990), no es suficiente. Tendrían que subir a bordo del esfuerzo los que ahora rechazan el Protocolo, sobre todo EE UU, para que el efecto fuera significativo. Y mejor aún si el tercer grupo de países considerados en estas cuentas asumen que algo van a tener que hacer en el futuro para ralentizar un problema, el cambio climático, que a ellos les afectará especialmente.

Lo ideal, por supuesto, sería que los tres grupos de países aunasen esfuerzos, pero al menos en Montreal las naciones en desarrollo no ha rechazado el considerar su colaboración, en alguna medida, en algún momento. Los científicos han advertido que para frenar el problema habría que reducir las emisiones globales un 50% hacia 2050.

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