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Entrevista:JUERGEN B. DONGES | Director del Instituto de Política Económica de Colonia

"Acabaremos por tener una Seguridad Social sin cotizantes"

Juergen B. Donges (Sevilla, 1940), director del Instituto de Política Económica de la Universidad de Colonia, no cree que lo peor haya pasado para la economía alemana. "Es como si condujésemos un Mercedes cuesta arriba, pero con el freno de mano echado", asegura el economista, que hasta 2002 presidió el Consejo Alemán de Expertos Económicos, el grupo de cinco sabios que asesora al Parlamento y al Gobierno alemán.

Durante su visita a Madrid, el pasado viernes, para impartir una conferencia en la Fundación Rafael del Pino, expresó su confianza en que el nuevo Gobierno alemán, "más bien formado por técnicos" consiga convencer a los ciudadanos de que el Estado de Bienestar, tal y como está concebido, es insostenible.

"A corto plazo, habría que introducir medidas de copago para la asistencia sanitaria y los medicamentos"
"El largo periodo de tipos de interés en mínimos tiene que llegar a su fin. Me preocupa el exceso de la liquidez en el sistema"

Pregunta. ¿Qué valoración hace del programa económico que ha anunciado el nuevo Gobierno de coalición alemán?

Respuesta. Hacen falta reformas estructurales profundas. A lo largo de muchos años se han acumulado rigideces que actúan como freno al crecimiento. La actividad económica, que es la más débil de la UE, viene casi exclusivamente de la mano de las exportaciones, pero la demanda interna es muy débil. Lo que se ha acordado en la gran coalición no está a la altura de estos retos. El acuerdo de la coalición no es muy exigente, es un acuerdo de mínimos, pero se han pospuesto las decisiones en campos como la sanidad o el mercado de trabajo.

P. ¿Qué elementos debería contemplar esa reforma?

R. El primero es el mercado de trabajo. Está muy regulado en Alemania y ocasiona costes que tienen consecuencias graves para el empleo y el crecimiento porque muchas empresas aprovechan para traspasar parte de la producción a otros países con costes laborales más bajos.

P. ¿En qué otros ámbitos son necesarios cambios?

R. En la sanidad. A corto plazo habría que introducir medidas de copago para la asistencia sanitaria y los medicamentos. Pero más esencial, a medio plazo, es cambiar el modo de financiación. En Alemania, el sistema de sanidad en la Seguridad Social incluye muchos elementos redistribuidores. Por ejemplo, un trabajador cotiza a la la Seguridad Social y automáticamente están cubiertas las necesidades sanitarias de su familia a pesar de que ellos no coticen. Eso es un gasto muy fuerte. La reforma estructural consistiría en una mayor equivalencia entre lo que uno cotiza y lo que recibe en prestaciones. En el sistema de pensiones también hay que hacer reformas. El cambio demográfico no permite una financiación basada en el reparto porque cada vez hay menos cotizantes. Los jóvenes actuales financian la jubilación de sus padres, pero cuando ellos sean mayores no habrá jóvenes que financien la suya. Hay que avanzar hacia sistemas de capitalización. Que la gente joven empiece a crearse su propio plan de pensiones para independizarse de la evolución demográfica. Una forma de ahorro, que organice el Estado, pero esté individualizado.

P. ¿Significa eso que debe desaparecer la Seguridad Social?

R. No. Simplemente digo que la Seguridad Social, tal y como la tenemos, no es sostenible en el tiempo, es ilusorio. En los próximos diez años no va a pasar nada, pero hablamos de plazos largos, acabaremos teniendo una Seguridad Social que está ahí pero que no tiene cotizantes. Pensar que con la inmigración podemos solucionar el problema no es acertado. En Alemania, donde hemos tenido mucha inmigración de Turquía y de otros países, como muy tarde en la segunda generación la tasa de natalidad de los inmigrantes converge hacia las de la población autóctona.

P. ¿Qué efecto tendrá la anunciada subida de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) en las distintas economías de la zona euro?

R. Yo vengo diciendo que este largo periodo de más de dos años de tipos de interés en mínimos históricos tiene que llegar a su fin. Me preocupa el exceso de la liquidez en el sistema del euro, tras un tiempo muy largo de crecimiento de la masa monetaria. De momento no ha habido grandes presiones inflacionistas, pero tenemos un petróleo alto, que estimo que se va a estancar en un promedio en 60 dólares el barril de brent el año que viene, y no sabemos si esto va a desembocar en efectos de segunda ronda. El año que viene, en muchos países hay que negocia convenios salariales y tampoco sabemos si los sindicatos van a aguantar la pérdida de poder adquisitivo.

P. ¿Ha pasado lo peor para la economía alemana?

R. Yo no soy tan optimista. Las previsiones más recientes que ha hecho el Consejo Alemán de Expertos Económicos y otros institutos económicos manejan una tasa de crecimiento para el año que viene del 1%, simplemente porque vemos un ritmo de actividad que sigue muy estrechamente vinculado a la exportación. Lo que es el resto de la demanda interna, sobre todo construcción y consumo privado, va mal. No veo síntomas de que lo peor haya pasado tampoco en el mercado de trabajo. Seguimos en lo mismo. Mientras las exportaciones vayan bien... Pero incluso los beneficios de las empresas, en gran medida, los obtienen en el extranjero porque están globalizadas. Nuestro problema es que tenemos una rigidez por el lado de la oferta que no nos permite arrancar.

Juergen B. Donges.
Juergen B. Donges.CRISTÓBAL MANUEL

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