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Reportaje:

"Aimar activa a sus compañeros"

Los preparadores del Valencia explican la mejoría física del argentino respecto al curso pasado

"La suerte que tienen los jugadores que están cerca de Aimar es que éste los activa, los pone en marcha, porque saben que, si tienen una idea, la va a entender y la van a poder desarrollar". Así definía ayer Fran Escribá, segundo entrenador del Valencia, al media punta argentino, que el 3 de noviembre cumplirá 26 años, tras la convincente victoria (1-2) del cuadro de Quique Flores sobre el Madrid.

Esas "ideas" se escenificaron el domingo en sendos desmarques de Angulo y Villa seguidos de pases magistrales al hueco de Aimar, que, por fin, fue un gran protagonista en el estadio Bernabéu, junto a sus compañeros, tal y como él mismo había reclamado antes de la cita. Algo tan sencillo como resumió ayer el propio Aimar, exultante: "Entendimos el juego, tuvimos el balón y supimos pasarlo".

La base es el estado físico. Durante el curso pasado, Aimar apenas se entrenaba un par de días a la semana por diversas molestias, llegaba el partido de turno, quería jugar y volvía a romperse, incluso en varios calentamientos.

La primera medida del actual cuerpo técnico fue alargarle las vacaciones veraniegas, casi un mes, a pesar de las críticas de quienes no entendían por qué no estaba el día de la presentación. Una vez descansado, el preparador físico, Paco de Miguel, le ha sometido a un trabajo muscular preventivo en las partes débiles, que eran muchas: la zona púbica, los gemelos, el recto anterior, los isquitobiales...

"Aimar tiene un historial clínico de lesiones alarmante", explica De Miguel, "pero, por ahora, no ha parado en ningún encuentro o entrenamiento por sobrecarga. Habrá que verlo con muchos partidos. Es una incógnita. De lo que no hay ninguna duda es de que es muy honrado". Y da un dato para demostrarlo: fue el valencianista que más corrió en Mestalla ante la Real Sociedad, 13 kilómetros, y con un promedio de velocidad superior al de sus compañeros.

"Si Aimar está bien físicamente", abunda Escribá, "el resto viene solo; "es un buen recuperador, por encima de la media de los jugadores de su clase sin llegar a Deco, que es un exceso. Tácticamente, nos garantiza la posesión del balón de medio campo adelante, y, para jugar a la contra, toma decisiones más rápido que los demás. En los últimos 30 metros es decisivo. Si tuviera 15 goles por temporada, sería la leche, pero ése es su punto débil: no define especialmente bien ni es excesivamente potente".

Sorprendió la posesión del balón del Valencia en el Bernabéu. "Más por su calidad que por su cantidad", matiza Escribá; "lo comentó Quique antes. Se podía dar un partido de contraataque, pero también un segundo partido en el que, recuperada la pelota y frustrada la contra, debíamos tener tranquilidad; no buscar la ocasión, sino que apareciera. Al contrario que el Barça, que presiona y roba enseguida, el Madrid no es un especialista en robar el balón".

Para el ayudante de Quique, el choque de Chamartín fue una copia del Madrid-Getafe del curso pasado, cuando ambos dirigían al conjunto getafense, pero con una diferencia esencial: la calidad de los jugadores del Valencia facilitó la victoria que se resistió entonces

Aimar trata de eludir a Pablo García.
Aimar trata de eludir a Pablo García.CRISTÓBAL MANUEL

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