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La condena sutil del gobernador Abramovich

Pilar Bonet

El magnate ruso, Roman Abramóvich, propietario del club de fútbol Chelsea, tomó ayer posesión de su cargo de gobernador de Chukotka para un segundo mandato de cinco años, por deseo del presidente de Rusia, Vladímir Putin, que lo propuso, y los 11 diputados del Parlamento regional, que le votaron de forma unánime. En la ciudad de Anádir, la capital de Chukotka, en el extremo oriente de Rusia y a 12 horas de Londres, Abramóvich juró defender los derechos y libertades de sus conciudadanos y éstos se mostraron eufóricos, porque el multimillonario ha llevado la prosperidad, en forma de suministro de gas, escuelas, infraestructura y aumentos salariales a aquella remota y hasta hace poco depauperada región. Paradójicamente, el que parecía menos feliz era el oligarca-gobernador, que se resistió en vano al deseo del Kremlin de prolongarle el mandato político. Al igual que Mijáil Jodorkovski, ahora recluido en un campo de internamiento de Siberia, Abramóvich hizo su fortuna gracias al petróleo, las relaciones con el entorno de Borís Yeltsin y los paraísos fiscales. La condena de Abramóvich, sin embargo, es más suave y más sutil que la de su colega: consiste en seguir financiando la provincia de Chukotka, que el multimillonario apenas pisa, y quitarle ese problema al Kremlin. El magnate, que ha obtenido 13.000 millones de dólares por la venta de la empresa Sibneft a Gazprom, se muestra leal a Putin y gusta de regalar entradas para el fútbol a los rusos que se las piden. Cuando Abramóvich sube a la tribuna del Chelsea, los hinchas entonan la canción rusa Kalinka y él saluda como un emperador, según contaba Artiom Tarásov, que en los años ochenta fue el primer millonario ruso y que ahora, como residente en Londres, observa con perplejidad los hábitos de sus compatriotas multimillonarios. Tarásov decía al periódico Komsomólskaya Pravda que está seguro de que la reina de Inglaterra acabará dándole una condecoración a Abramóvich. De momento, en Chukotka lo comparan con "Dios" y los hinchas del Chelsea le llaman El Salvador.-

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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