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Reportaje:LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Cada vez menos, cada vez más difícil

Los 'sin papeles' que esperan para saltar a Melilla sobreviven escondidos y sin comida

Cecilia Jan

Los pinares de Rostrogordo, a la altura del norte de Melilla, continuaban ayer tomados por las fuerzas de seguridad marroquíes, que detuvieron al menos a 63 subsaharianos, entre ellos siete niños, de entre cuatro y ocho años, y siete mujeres, una de ellas embarazadas.

El despliegue, iniciado la madrugada del jueves, ha permitido que por segunda noche consecutiva el lado español se despertase sin ningún asalto a la valla fronteriza, pues los conatos son abortados en suelo marroquí. Sin embargo, frente al alivio de los agentes de la Guardia Civil y de los soldados que patrullan el perímetro, la situación de los inmigrantes que quedan -entre 150 y 350, aproximadamente- es cada vez más difícil. En la carretera que sube hasta la punta de Rostrogordo, donde habitualmente bajan los subsaharianos a buscar comida, gracias a la caridad de los lugareños, es imposible desde hace unos días encontrar un inmigrante si no es rodeado por fuerzas marroquíes. El miedo a ser capturados y expulsados por la frontera con Argelia, a 160 kilómetros, hace que permanezcan dispersos y escondidos incluso durante la noche, por lo que también es muy difícil que reciban ayuda de organizaciones no gubernamentales.

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"El proyectil encontrado entre el vallado no corresponde a la Guardia Civil"

A mediodía de ayer, se podía ver al borde de la carretera de Rostrogordo, a la altura de los pinares, a una decena de inmigrantes en espera de ser expulsados. Ante la presencia de una quincena de periodistas españoles, los mehanis (miembros de las Fuerzas Auxiliares marroquíes) trataron de ocultar a los detenidos.

Paradójicamente, Marruecos no está rentabilizando de cara a la opinión pública española el refuerzo en la frontera y la detención de más de 350 subsaharianos en los dos últimos días, según datos facilitados por la Gendarmería a Rashid Hsain, presidente de la Asociación Anoual, de Nador, que presta atención a los sin papeles. Los mandos responsables del millar de policías, mehanis y gendarmes desplegados se negaron a dejar trabajar a la prensa española, alegando que la zona ha sido declarada militar.

El ex ministro de Derechos Humanos marroquí Mohamed Zian, que acompañó a los periodistas, criticó la política de los Gobiernos a ambos lados de la verja y abogó por una comisión que aborde seriamente la responsabilidad de España, Marruecos, Argelia, los países de origen de los inmigrantes y la Unión Europea. "La represión no va a solucionar el problema", dijo. El actual presidente del Partido Liberal Marroquí (PLM), que cuenta con tres diputados, calificó como "pantomima" la cumbre bilateral celebrada en Sevilla.

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Según los datos de la Delegación del Gobierno, antes de las últimas detenciones podía haber unos 500 sin papeles esperando a saltar la valla. Francisco Doblado, director de la ONG Remar, calcula que entre 500 y 700, por lo que ahora pueden quedar entre 150 y 350. Aunque los expulsados siempre acaban volviendo. En Melilla Cruz Roja tiene preparados cerca de 100 voluntarios y personal socio sanitario para atender a los que logran cruzar la frontera.

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Sobre la firma

Cecilia Jan
Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.

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