"La velocidad del éxito y del fracaso se va acelerando"
Juanjo Puigcorbé (Barcelona, 1955) lleva 30 años coleccionando personajes; tantos, que se ha labrado un currículum abrumador: "60 películas, 23 obras de teatro, 40 dramáticos y Estudios 1, 12 telefilmes y ocho o nueve series", tal como enumera el propio Puigcorbé. El actor, que ha trabajado al lado de un escogido plantel de directores como Alain Tanner, Jaime Chávarri, Luis García Berlanga, Fernando Colomo, Gonzalo Suárez, Manuel Gómez Pereira o Joaquín Oristrell, acaba de regresar a la televisión con A tortas con la vida (Antena 3). Puigcorbé dice que José Luis Moreno, máximo responsable de Miramón Mendi, la productora de la serie, le llamó "personalmente" para ofrecerle un papel y enseguida se sintió "atrapado por el guión".
Pregunta. Trabajar con la factoría Miramón Mendi ¿es para usted una garantía de éxito?
Respuesta. Sí, a la vista de los resultados de Aquí no hay quien viva. El formato de A tortas... es diferente, las secuencias son más largas y las tramas más complejas, pero también tiene el pulso de la comedia muy bien tomado. El director Alberto Caballero, a quien no conocía, me parece un hombre interesantísimo, y mi personaje me divierte. En un Chupete para ella [Antena 3], por ejemplo, al ser el protagonista aparecía en casi todas las escenas y exigía muchas horas de rodaje. Por eso tenía ganas de hacer un trabajo más de grupo, como es el caso de A tortas.....
P. Hábleme de Juan Luis, su personaje en A tortas con la vida.
R. Soy un cirujano plástico, cínico, divertido y jeta, que está de vuelta de las cosas y resentido con las mujeres, pero luego no puede prescindir de ellas.
P. Los papeles de hombre irresponsable, alocado, sin escrúpulos, alérgico al compromiso... en una palabra, de bala perdida, ¿le van como anillo al dedo?
R. No especialmente. En su época, los que me venían muy bien, creo yo, eran personajes románticos, sobre todo en teatro clásico. En televisión he hecho papeles cómicos o serios como en Miguel Servet o La huella del crimen. Pero los actores somos como los músicos, que están acostumbrados a las canciones tristes y a las alegres.
P. Los martes, tres series españolas se disputan la audiencia: A tortas con la vida, Motivos personales (Tele 5) y Abuela de verano (TVE-1). ¿Cómo ve el panorama?
R. Los compañeros tenemos que competir entre nosotros. Yo tengo amigos a los dos lados: Oristrell, Rosa María Sardá, Lydia Bosch... Se está desarrollando un capitalismo cada vez más salvaje, más televisiones, más competencia y más reparto del pastel. Es la ley del mercado. Todos miramos las audiencias porque pensamos que mañana nos podemos ir a la calle. Es una preocupación añadida que tenemos los actores, ver si en nuestra empresa, como en Seat o Siemens, hay un ajuste de plantilla.
R. ¿Y no cree que el público se puede saturar con tantas series vecinales?: A tortas con la vida, Mis adorables vecinos, Aquí no hay quien viva, Aída...
R. El público escogerá finalmente, porque no lo puede ver todo. Pero es evidente que la velocidad del éxito y el fracaso se va acelerando y la estabilidad de la profesión está cada vez más desequilibrada. Convivirán todas las series si hay espectadores, aunque se pasará al punto de inflexión en que haya más series que público, entonces alguna tendrá que morir.
