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El municipio de Batres ha tenido cuatro alcaldes en poco más de dos años

Los vecinos dicen que están "hartos" y culpan a los cambios del escaso desarrollo del pueblo

Los habitantes de Batres, cuando hablan de su regidor, se refieren a él como "los alcaldes". Ésta es su manera de expresarse ante los cambios vertiginosos que sufre la política municipal desde hace 28 meses. Y es que este pueblo de 1.600 habitantes, situado a 44 kilómetros al sur de la capital, ha tenido desde entonces cuatro alcaldes de tres partidos políticos distintos. La causa de tanto cambio hay que buscarla en una sucesión de mociones de censura, ediles tránsfugas, dimisiones e incluso la muerte de un regidor. "Estamos hartos de tanto cambio", protestan los vecinos.

"Este pueblo está muerto", se quejan muchos residentes. "No hay nada que hacer, no hay ningún servicio para la juventud. La culpa es de los alcaldes", se lamenta amargamente Juan David Vinuesa, miembro de la asociación juvenil Los Montescos.

Los vecinos aseguran que los constantes cambios en el Gobierno municipal, además de ofrecer un espectáculo poco edificante, están repercutiendo negativamente en el desarrollo y la prosperidad del municipio.

Ahora el alcalde es Jesús Collantes, único concejal del PSOE, que tomó el bastón municipal el pasado abril. Collantes ha tenido varios predecesores desde el 25 de mayo de 2003. En esa fecha, José María Henche (PP) se hizo con la alcaldía de Batres al ser su lista la más votada en las elecciones locales celebradas entonces. El PP obtuvo cuatro concejales, tres los independientes de la Agrupación de Batres (AdB), uno el PSOE y otro IU.

Pero a Henche el cargo le duró siete meses. Una moción de censura, apoyada por la AdB, IU y un tránsfuga del PP, llevó a la alcaldía a Saturnino Justo Puebla, de la AdB.

Votación secreta

Justo Puebla falleció un año después, sumiendo el Consistorio en una situación de parálisis. Su compañero en la AdB Domingo Chorpos ocupó el puesto en funciones hasta abril de este año. Pero, según la ley, José María Henche debía volver a la alcaldía, algo que no quiso hacer por considerar que no tenía la mayoría asegurada.

Su renuncia fue cubierta por el único edil socialista, Jesús Collantes, que recibió el apoyo de la mayoría de los concejales. Aunque, como el voto fue secreto, nadie sabe a ciencia cierta quién le voto. Él dice que cuenta con el apoyo de "todos los ediles menos los del PP".

El nuevo alcalde tiene una gran responsabilidad: el municipio se encuentra inmerso en la modificación de su plan general de ordenación urbana. Pero los políticos tienen muy poco margen de maniobra urbanística ya que, aparte de sus disputas, el 75% del término municipal de Batres está protegido por acoger el Parque Regional del Guadarrama (1.625 hectáreas). "Aquí no se construye, ni hay empleo. Entre todos han matado al pueblo", cuenta un vecino que prefiere no dar su nombre. "Porque somos mil personas y nos conocemos todos", se justifica.

Cuando al actual alcalde se le pregunta por el malestar de los vecinos ante tanto cambio, Collantes apela a "la confianza en las instituciones democráticas". Conscientes de que los vecinos están ya cansados del culebrón político, en el programa municipal de las pasadas fiestas patronales el Gobierno municipal envió un escrito pidiendo a la gente que disfrutara y que estuviese "tranquila".

Collantes tiene ahora claras sus prioridades: "El nuevo colegio que inauguramos este curso escolar, el plan Prisma...", enumera. Pero las promesas municipales ya no convencen a los residentes. Los jóvenes de Batres son los que más se quejan. Sus reclamaciones vienen de "lo poco que se puede hacer en el municipio". Los fines de semana huyen a divertirse a otras localidades cercanas como El Álamo o al centro comercial Xanadú, en Arroyomolinos. Para los adolescentes, el invierno se hace duro. "Ni siquiera tenemos un sitio para refugiarnos de la lluvia", explica Vinuesa, que entre semana apenas pisa Batres ya que estudia "un curso de mecánica en Móstoles".

Los comerciantes tampoco están contentos. Y una dependienta, que prefiere quedar en el anonimato, pone un ejemplo de "hasta donde llegan en Batres los chanchullos". "En las fiestas pasadas hubo un concurso de Miss Edad Dorada... ¡y lo ganó la mujer de un concejal! ¡Y todo porque el premio era un viaje a Sevilla!".

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