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COMITÉ FEDERAL DEL PSOE

Los barones reprochan que el debate catalán tape los logros sociales y el PSC pide confianza

Maragall intenta calmar al PSOE con el compromiso de garantizar que el Estatuto sea constitucional

Carlos E. Cué

El debate del Comité Federal, siempre en tono cordial, tuvo algunos momentos tensos, sobre todo cuando los representantes de las federaciones de Madrid, Extremadura y Andalucía criticaron que la polémica sobre la reforma del Estatuto catalán está tapando incluso los logros del Gobierno. Manuela de Madre, del PSC, preguntó "por qué a Juan Carlos Rodríguez Ibarra le llaman socialista por defender a Extremadura y a Pasqual Maragall, nacionalista cuando defiende a Cataluña", lo que le provocó un enfrentamiento en los pasillos con el extremeño. El líder catalán calmó los ánimos y pidió confianza en el PSC.

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El debate del Comité Federal de ayer comenzó con múltiples reproches al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), pero concluyó más calmado, sobre todo después de que Maragall, en un discurso conciliador, tranquilizara a sus compañeros de partido: "Estamos en un momento crucial, pero el Estatuto va a salir adelante y bien. Como comunidad, podríamos pedir un cambio de la Constitución, pero no vamos a hacerlo. Haremos un Estatuto socialmente ambicioso, políticamente realista y jurídicamente constitucional". Maragall recordó que hasta ahora la reforma estaba en el ámbito parlamentario catalán pero, dijo, ahora él se implicará como presidente la Generalitat para que salga adelante.

Antes de que interviniera Maragall, el PSC había escuchado duros reproches, aunque el más común fue uno expresado por el andaluz Luis Pizarro. Una gran parte de los ciudadanos españoles, explicó, tienen la percepción de que el debate estatutario es el asunto principal para el Gobierno, y eso puede estar dejando en segundo plano la buena gestión y los logros sociales del Ejecutivo, como la subida de pensiones o el aumento del salario mínimo interprofesional.

El madrileño Rafael Simancas, claramente enfrentado al PSC, utilizó un tono más duro con la misma idea. Habló del "hartazgo" que tienen muchos ciudadanos por el debate del Estatuto catalán, que ya dura "demasiado", y pidió al PSC que "culmine pronto y bien" el proceso de reforma. "Eso implica profundizar en los niveles de autogobierno y que tengamos más Constitución y más España y no sólo más Cataluña, más Andalucía...", explicó. Simancas también se refirió al asunto más polémico, el de la reforma de la financiación autonómica, y criticó la propuesta del tripartito catalán, que limita la aportación al Estado de esta comunidad al 50%. "Los socialistas no podemos poner límites a la solidaridad, sino a la insolidaridad", se quejó. En este sentido, Juan Antonio Barrios (Izquierda Socialista), señaló: "El socialismo es compatible con la diferencia, y debe protegerla, pero incompatible con el privilegio".

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Respecto a este asunto, que abre heridas, Maragall se mostró también conciliador y recomendó a sus compañeros que vayan a Cataluña para participar en los debates sobre la nueva financiación y así se pueda buscar un consenso entre todos.

La declaración más dura contra el PSC se escuchó en la boca del extremeño Francisco Fuentes, hombre de confianza del presidente, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Fuentes llegó a negar que existan "derechos colectivos", y lanzó un reproche a los catalanes: "Es un error político cambiar el debate de los derechos de los ciudadanos y la política social por la jerga de las identidades y los derechos de los pueblos". Fuentes se quejó de que este debate ya se ha tratado muchas veces, "demasiadas", y recordó que el PSOE ya tenía un acuerdo, la llamada Resolución de Santillana del Mar. También hubo reproches al PSC por "mandar callar" hace una semana a José Blanco, secretario de Organización, que criticó al tripartito. Varios dirigentes recordaron que la reforma del Estatuto catalán, y más tarde de la financiación autonómica, interesa a todo el partido.

También el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se quejó aunque en tono más conciliador. "Debemos avanzar en las reformas de los estatutos pero sabiendo que la legitimidad de las autonomías parte de la Constitución y la soberanía popular, no hay derechos preexistentes o históricos".

Fue Manuela de Madre, del PSC, en la intervención más comentada del cónclave, quien se encargó, con su estilo apasionado y constantes citas a su recorrido personal -nació en Huelva y llegó a alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona)- de responder a los ataques.

Pidió a los suyos que lean menos los periódicos conservadores, que no se dejen llevar por las invectivas del PP, y que confíen más en el PSC. "Ni inmovilismo, ni egoísmo, ni radicalismo", dijo parafraseando el discurso del secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. Recordó que fue el PSC quien en julio votó en contra de todas las propuestas del Estatut que creía inconstitucionales, y luego llevó la reforma al Consejo Consultivo para que opinase. "No somos delincuentes", se quejaba a la salida. De Madre también se quejó de los que discuten que Cataluña sea una nación: "Eso ya se decía cuando entré en el PSOE catalán, el órgano principal se llamaba comité nacional".

De Madre hizo un símil sobre los eucaliptos que chupan todo el agua alrededor. Se refería, según explicó luego, a la derecha, pero Ibarra pensó que hablaba de las comunidades más pobres y se enfrentó con ella en los pasillos. "A mí no me importa qué Estatuto hagáis. Soy socialista, y me preocupa la financiación, queréis hacer el Concierto vasco", le oyeron decir al extremeño, amigo de la catalana. De Madre trató de tranquilizarle, pero al final ésta sentenció: "A mí a socialista no me gana nadie".

La solución a estas dos visiones antagónicas la dio el presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, muy aplaudido, con lo que llamó la vía gallega: "Un equilibrio entre el reconocimiento de nuestra identidad y la salvaguarda de un Estado que garantice la cohesión y la igualdad social entre comunidades". Touriño y otros señalaron que el PSOE es el único partido que puede encontrar ese equilibrio.

Rodríguez Ibarra y el responsable de Política Muncipal del PSOE, Álvaro Cuesta (derecha).
Rodríguez Ibarra y el responsable de Política Muncipal del PSOE, Álvaro Cuesta (derecha).ULY MARTÍN

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