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SEGURIDAD

La élite 'hacker' critica por "innecesaria" la directiva europea de retención de datos

Las aplicaciones Bluetooth fascinan a los asistentes. La representación española ofrece dos charlas sobre seguridad en aplicaciones 'web' y cómo instalar artesanalmente un ordenador portátil en el coche

¿Qué hacen 3.000 hackers acampados durante cuatro días en Holanda? Diseccionar las leyes europeas de retención de datos, entrar en móviles con Bluetooth, navegar anónimamente, hacer enlaces Wi-Fi de 500 kilómetros o investigar las emisiones de satélites. A finales de julio se celebró la convención What The Hack, que reunió a los mejores expertos en informática y telecomunicaciones de Europa en un prado al sur de Holanda. Estos encuentros se celebran cada cuatro años, desde 1989, con diferentes nombres, y son la reunión de referencia de los hackers europeos, que acuden con sus hallazgos, para mostrarlos en conferencias y reuniones.

La reunión empezó con la presentación de una campaña contra la legislación europea de retención de datos. Maurice Wessling, de Bits of Freedom, explicó que sólo existe un estudio público sobre el asunto, de la Universidad de Rotterdam, que afirma que la propia policía confiesa que con las leyes actuales obtiene suficientes datos para sus investigaciones. Pero después de los atentados de Madrid y Londres, la Comisión ha propuesto una directiva que pide la retención de datos de tráfico telefónico durante un año, y de Internet por seis meses. Los datos serán, en el caso de Internet, direcciones IP y MAC, nombre de usuario, dirección de correo y datos de mensajes enviados y recibidos. Para el teléfono, datos de llamadas y mensajes, número de teléfono, IMSI, IMEI y localización.

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El Parlamento Europeo aprueba la retención de datos en telefonía e Internet
WHATTHEHACK:

La lista no será estática: "Ahora, proponen esto para que el Parlamento lo apruebe, después se reservan su ampliación", dijo Wessling. También criticó que, aunque no se retenga el contenido, "hay datos de tráfico que están próximos a considerarse contenido".

A su juicio, "aprobarán la ley sin justificar su necesidad. Los servicios secretos tendrán mucho campo para cruzar datos y saber cuando haré un hack".

La convención estaba llena de símbolos: a la entrada, un detector de metales y un escáner de rayos X invitaban a chequearse uno mismo y sus pertenencias, aclarando que estas máquinas no sirven con cuchillos de cerámica. La pancarta, El hack no es un crimen, mostraba el sentir de la organizadores que, en la conferencia inicial, destacaba: "Los hackers aún damos miedo, muestra de ello son los problemas que nos ha puesto el Ayuntamiento para montar la reunión".

Panorámicas de Titan

En medio de la explanada, una reproducción del cohete que llevó a Tintín a la Luna demostraba el interés de la comunidad en el espacio. Cerca del cohete, alguien mostraba la antena y los programas que había creado para recibir las imágenes del satélite Meteosat mientras, en una de las carpas, otro explicaba cómo a partir de las fotos de la sonda Huygens durante su caída en Titan, ofrecidas en tiempo real por Internet, habían creado panorámicas 3D del terreno, haciendo un análisis antes de que las agencias espaciales mostrasen los suyos.

Conferencias técnicas, como los ataques a móviles con Bluetooth o poner antenas direccionales para llegar a distancia a objetivos, convivían con clases de lockpicking, el viejo arte de abrir cerraduras con ganzúas y otras técnicas, o cómo saltarse alarmas, sensores, cámaras de vídeo, protecciones magnéticas e incluso un sencillo truco para entrar en un edificio seguro: alquilar una habitación dentro.

Se presentó también lo último en anonimato de las comunicaciones en Internet: la red Tor, con 50.000 usuarios y 250 nodos gestionados por voluntarios, patrocinada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y la Electronic Frontier Foundation.

Las leyes y tecnologías para el copyright o formas de saltarse controles biométricos también tuvieron cobertura. Destacó la charla de Arun Mehta, especialista en software para discapacitados. Punto aparte merecieron las conexiones inalámbricas, de coches y tiendas con Wi-Fi, que acapararon charlas y llenaron el recinto, conectado por Wi-Fi. Un grupo contó el último récord: enlazar dos puntos a 500 kilómetros, en la selva ecuatoriana. Otros usaron las antenas para fines subversivos: en un rincón había una caravana de la policía. Enfocaron sus antenas hacia allí y capturaron pantallazos y contenido de sus discos duros.

Entre los asistentes hubo una veintena de españoles. Daniel Fernández y Christian Martorella, de Internet Security Auditors, mostraron su trabajo en un módulo libre para detección y prevención de intrusos en servidores web. José Ramón Torregrosa, estudiante de la Politécnica de Madrid, junto con Alfonso García Carrasco, cruzaron media Europa en el coche del primero, para mostrar cómo le habían instalado artesanalmente un ordenador de a bordo.

WHATTHEHACK: www.whatthehack.org

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