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Reportaje:

Los profesionales del salvamento

Una empresa de Chiclana reparte más de 400 socorristas por playas, piscinas, hoteles y parques acuáticos

Un socorrista no es un piscinero. David Bonmatty, de 31 años, lleva ocho años esforzándose al frente de la empresa Team Rescue para reivindicar la profesionalización del salvamento acuático. Para que sus empleados puedan vivir de su trabajo, a pesar de la estacionalización del sector y la elevada presencia de voluntarios en estos puestos. Comenzó en 1997 repartiendo a jóvenes conocidos entre las piscinas de los cámpings de Chiclana (Cádiz). Ahora tiene a su cargo a más de 400 socorristas repartidos en más de 70 piscinas, cuatro parques acuáticos y una decena de playas. Su último éxito: ganar el concurso público para que sus particulares héroes de la arena cuiden de los bañistas de la capital malagueña.

La empresa ha ganado el concurso para vigilar este verano el litoral de la capital malagueña
Bonmatty repite a los suyos que "no es mejor el que más rescata, sino el que más prevenga"

Relata David Bonmatty que la historia de su empresa nace de la constatación de la carencia de un servicio. "Yo formaba parte de un club deportivo de Chiclana, junto a varios amigos. Los cámpings nos pedían socorristas y yo iba repartiendo. Tú, para acá. Tú, para allá. Me di cuenta de que la demanda era muy importante". En esta primera etapa, ya tenía muy claro que estaba trabajando con profesionales. "Entonces no se consideraba ni un empleo. Eran tratados como los típicos jóvenes, aburridos en verano, que querían sacarse un dinerito. Yo unifiqué criterios de salarios y horarios e intenté dignificarlos un poco".

Fueron los primeros pasos hasta que en 2001 tocó subir un escalón. El Ayuntamiento de Chiclana abrió un concurso para explotar las labores de salvamento en la piscina cubierta y Team Rescue lo ganó. Fue un punto de inflexión porque suponía, fundamentalmente, tener faena durante todo el año. "Antes, muchos de nosotros teníamos otro empleo cuando acababa el verano. La piscina cubierta nos dio estabilidad". Fue también un salto para darse a conocer y afrontar la expansión del negocio por las piscinas de los cada vez más numerosos hoteles de la zona. "Es otro abanico importante de posibilidades porque algunos, sobre todo los más grandes, abren las piscinas durante siete u ocho meses".

En la particular escalera del éxito de Team Rescue, otro escalón importante fue llamar la atención de la cadena Asprocio, que explota una veintena de parques acuáticos en toda Europa. La empresa les confió la seguridad de sus instalaciones en El Puerto de Santa María. Y después el salto fuera de las fronteras de la provincia, en Torremolinos (Málaga), Tenerife y, también más allá de las de España, en el Algarve, al sur de Portugal.

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La experiencia acumulada les permitió el año pasado hacerse con sus primeras playas, las de los Bateles, la Fontanilla y Roche, en Conil de la Frontera (Cádiz). Otro salto cualitativo al tener que arriesgar una inversión en más personal, embarcaciones y material de rescate. Este verano repetirán en las playas conileñas y se estrenarán en Málaga, donde el Ayuntamiento (PP) ha abierto un concurso público con el que ha despedido una etapa de más diez años sustentada en un convenio de colaboración con Cruz Roja. "Han apostado por la profesionalidad y debería ser un ejemplo para otros ayuntamientos de Andalucía", defiende Bonmatty.

El coordinador de Team Rescue piensa que las administraciones locales no dan prioridad al socorrismo a la hora de planificar la temporada de baño: "Se prefiere una playa limpia a una segura". Las labores de salvamento dependen en gran parte del litoral de voluntarios. "No seré yo quien eche por tierra su trabajo. Cumplen su misión pero la evolución natural debería ser contar con gente profesional que trabaje en condicione dignas. A veces, nos olvidamos de que estamos hablando de salvar vidas".

Los socorristas de la empresa cobran entre 700 y 1.100 euros al mes. A pesar del aumento de la demanda, la mayoría sólo puede trabajar en verano. "Tengo mucha gente interesada en ser contratada todo el año pero no hay para todos. Las piscinas cubiertas dan para 15 o 20, y sólo el parque acuático de Tenerife funciona más allá del verano". David Bonmatty se queja de que los ayuntamientos vinculan la apertura de las torres de vigilancia al calendario. "Se espera al 1 de junio, a pesar de que los usuarios llegan mucho antes".

Team Rescue cuida también la imagen del socorrista y su material. "Hemos cambiado las tradicionales latas de rescate, las que salían en Los vigilantes de la playa, por tubos. Son mejores, permiten flotar a tres personas, recuperar a una persona más fácilmente en el agua y evitar que, necesariamente, haya contacto físico entre socorrista y rescatado". Hay otra principal diferencia. La lata cuesta 60 euros y dura cinco años. El tubo, 150 y apenas supera los dos años.

David Bonmatty dice orgulloso que sus empleados ni limpian piscinas, ni quitan toallas ni ponen tumbonas. Son profesionales salvando vidas. "Ayudar a alguien en peligro, poder sacarlo del agua y evitar una tragedia es algo muy gratificante". Es un trabajo con su matiz de heroísmo aunque él siempre repita a los suyos: "No es mejor el que más rescata, sino el que más prevenga".

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