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Crítica:LIBROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Crecimiento y tecnología

Patricia Fernández de Lis

Los libros dedicados a las tecnologías de la información y a los cambios que produce en la sociedad se cuentan por decenas. No son tantos, sin embargo, los que tratan de cuantificar esos cambios y sus manifestaciones. La importancia de hacerlo es evidente. Como dicen los autores de esta obra, "necesitamos cuantificar para poder comparar: compararnos con otros países, comparar grupos de población y comparar el comportamiento de las empresas en entornos cada vez más competitivos". La falta de una serie de indicadores que compararan a España con la UE es, de hecho, la mayor crítica que se le hizo a los planes tecnológicos Info XXI y España.es del Gobierno del PP.

Este libro trata de paliar ese vacío. En él se utilizan, por primera vez, las nuevas series sobre stock de capital elaboradas por un equipo de investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Universidad de Valencia, en colaboración con la Fundación BBVA. Con esa información, se analiza el impacto de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), desde los años ochenta, en la productividad del trabajo y total de las 29 ramas en que se desagrega el conjunto de la economía española.

Las nuevas tecnologías y el crecimiento económico en España

Matilde Mas Ivars y

Javier Quesada Ibáñez

(directores)

Fundación BBVA

ISBN 84-94163-97-7

La conclusión es agridulce. Según se desprende del estudio, el impacto de las TIC en la economía y la productividad española no es aún muy palpable. En todo caso, según los autores, su influencia no ha hecho más que comenzar y su verdadera capacidad se manifestará gradualmente, tal y como ocurrió en Estados Unidos en los noventa. Aunque el esfuerzo en acumulación de capital -en especial, el TIC- y en creación de empleo ha sido muy intenso, la productividad ha avanzado a un ritmo muy lento, excepto en el sector industrial y desde el año 2000.

Y es que España no es un país productor de tecnología y, como usuaria, se encuentra a la cola de Europa. Este libro -y ésta es una de sus mayores virtudes- no sólo ofrece datos al respecto, sino que aventura las causas. Muchas de ellas son conocidas -como la falta de cualificación del profesorado o la sobrecua-lificación en muchos puestos-, pero los autores añaden algo que no suele ser analizado y que ha resultado de vital importancia: la educación. España accedió más tarde que otros países a la educación obligatoria (en 1985, más del 60% de la población ocupada tenía como máximo estudios primarios), lo que ha retrasado la adopción y el manejo de las tecnologías.

La buena noticia es que las cosas evolucionan. Las TIC contribuyen al 15,26% del crecimiento del PIB español, y al 65,74% del avance de la productividad del trabajo. Y si hubieran sido aprovechadas en toda su plenitud, la tasa de crecimiento de la economía española hubiera sido 1,8 puntos porcentuales superior, mientras la productividad del trabajo habría crecido casi dos puntos más. La esperanza es que, en un futuro próximo, lo haga.

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Sobre la firma

Patricia Fernández de Lis
Es redactora jefa de 'Materia', la sección de Ciencia de EL PAÍS, de Tecnología y de Salud. Trabajó diez años como redactora de economía y tecnología en EL PAÍS antes de fundar el diario 'Público' y, en 2012, creó la web de noticias de ciencia 'Materia'. Los fines de semana colabora con RNE y escribe, cuando puede, de ciencia y tecnología.

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