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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Bilbao y su carrera

Si algo ha tenido la carrera automovilística de las World Series celebrada el mes pasado en Bilbao es permitir calibrar claramente el destino de nuestra ciudad si continúa la política de los actuales gobernantes, cuestión nada fácil debido al tradicional silencio que cubre todas las operaciones económicas del país.

En este caso, quizás por el carácter del negocio podremos acercarnos a la realidad incluso desde lo publicado y/o denunciado. En primer lugar, sabremos algo de la cuestión económica: El dinero público del Ayuntamiento y la Diputación financiaron unas actuaciones por valor de 9 (o 10, depende las fuentes) millones de euros, de los cuales se recuperarán como mucho 1,3 millones por la venta de entradas y la nebulosa de las esponsorizaciones. No sabemos si en este gasto incluyen la disposición a plena jornada de Policía Municipal,bomberos, sanitarios, etc..

En ésta como en otras operaciones habrá pérdidas de dinero público, que tendremos que anotar en el colegio o el ambulatorio, y cuando al solicitar una ayuda domiciliaria o una plaza de residencia para el abuelo nos digan el tan manido "no hay presupuesto".

Pero en este campo también ha habido más novedades, ya que hasta ahora nos decían siempre que tanto museo americano, palacio de congresos y demás se iba a notar en la hostelería, en los servicios, y que todo ello iba a crear puestos de trabajo. Bueno, pues no: aparte de algún local de la Gran Vía, los hosteleros de Bilbao dijeron que no solo no han ganado sino que han perdido con el muro de nueve hilómetros que dividió Bilbao.

Siendo muy seria la cuestión económica hay otra muy preocupante, y es que, a pesar del silencio de los jueces, que con tanta dilación actúan en otros casos, se ha podido saber que son las propias instituciones las que (presuntamente, claro) cometieron toda clase de irregularidades.

Algunos datos denunciados públicamente fueron: Falta de licencias autonómicas y locales para este tipo de actividades; incumplimiento de toda la legislación estatal, autonómica y local sobre el exceso de ruidos (como anécdota, se acabaron los tapones de oídos en Bilbao); destrucción física de plazas especialmente protegidas; instalación de depósitos de combustible en medio de zonas habitadas; cierre de 600 garajes y desvíos de hasta dos kilómetros para poder atravesar la ría.

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Si son las propias instituciones las que actúan así en beneficio privado, ¿porque los demás deberían respetar leyes y normas?, ¿porqué un bar cerrar a su hora o poner más baja la música? Si esto se quiere detener, no basta con la voluntad de grupos de vecinos o afectados, es necesario que los sindicatos y partidos se pronuncien, desde arriba, pero sobre todo desde la acera, antes de que no quede ni eso.

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