_
_
_
_
Crítica:ÓPERA | 'Tango' | CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En el cruce de los géneros

Llega hasta el teatro del Matadero, en Los Veranos de La Villa de Madrid, una pieza rara: Maria de Buenos Aires, de la que se conocían pocos montajes y una grabación discográfica con Amelita Baltar, (que formó parte del elenco original en 1968, en Buenos Aires) a la que se recuerda al escuchar a Emilia Onrubia, que ahora interpreta la pieza en Madrid.

El libretista Horacio Ferrer y el propio Astor Piazzolla llamaron a esta obra una operita, en la búsqueda de un género propio que aunara teatralmente el tango, algo así como la zarzuela española. Pero es que el estilo del tango o de la milonga y sus cadencias, que son muy estables, no ofrecen demasiadas alternativas. Maria de Buenos Aires tiene más de oratorio que de drama lírico y eso hace que su lectura, musical o bailada, resulte muy cuesta arriba. La danza cobra un peso especifico importante, no sólo como apoyatura sino como materia de enlace del discurso. Los coreógrafos Rolan van Löor y Jorge Crudo han entendido este papel y cumplen eficazmente. Los trajes de Montesinos, con el rojo y el negro como bases, compensan la densidad oscura de la escenografía e iluminación. José Carlos Plaza intenta llevar la acción hasta el borde de lo que llamamos comedia musical, y eso no llega a casar del todo con la densidad del original. María, probablemente, pedía un trato más solemne o distante.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_