El Gobierno estudia un cambio legal urgente para prohibir hacer fuego en el monte

El Gobierno estudia una inminente "modificación normativa" para prohibir hacer fuego en "determinados parajes". Lo anunció ayer la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, tras la reunión de un informal Gabinete de Crisis en Moncloa. El objetivo es evitar que la unión de las altas temperaturas y la sequía propicien nuevos incendios como el que ha causado la muerte de 11 miembros de un retén forestal y ha devastado unas 12.000 hectáreas en Guadalajara. La Guardia Civil imputó al excursionista que el pasado sábado prendió una barbacoa en el suelo, presunto origen del incendio. El viento reactivó ayer tarde las llamas, que avanzaban sin control hacia el parque natural del Alto Tajo.

El fuego se reactivó ayer tarde y obligó a desalojar a los 120 vecinos de Cobeta

La conmoción provocada por la tragedia llevó a la vicepresidenta a convocar una reunión urgente en La Moncloa. Asistieron los ministros de Interior, José Antonio Alonso, Medio Ambiente, Cristina Narbona, y Defensa, José Bono, así como altos cargos de Fomento y Agricultura.

El minigabinete decidió la convocatoria urgente del comité de lucha contra incendios, formado por directores generales y técnicos, para que en el plazo de 48 proponga al Gobierno la adopción de nuevas medidas para reforzar la eficacia de la prevención y lucha contra el fuego, "dada la excepcionalidad de la situación". Entre dichas medidas, Fernández de la Vega citó una "modificación normativa" sobre la "prohibición de transitar por determinados parajes y realizar algunas actividades en el monte", en alusión a la quema de rastrojos o barbacoas.

Otras medidas anunciadas ayer, como la limpieza de los márgenes de las carreteras y vías férreas a cargo del Ministerio de Fomento, ya figuraban en el plan aprobado por el Consejo de Ministros en junio pasado, aunque ahora van a acelerarse.

Pero, como recordó ayer Fernández de la Vega, las competencias en esta materia están transferidas a las comunidades autónomas. "Desde el Ejecutivo", dijo la vicepresidenta, "se pusieron todos los medios necesarios, a pleno rendimiento, para atender a los 17 incendios que el domingo estaban localizados en España, incluido el de Guadalajara".

También anunció que la ministra de Medio Ambiente pedirá su comparecencia en el Parlamento para explicar todas las medidas adoptadas ante la catástrofe.

Fernández de la Vega, que el domingo por la noche se desplazó a Alcolea del Pinar (Guadalajara), donde fue imprecada por algunos de los vecinos desalojados, dijo ayer que "hay que comprender la situación por la que están pasando" los afectados.

La Guardia Civil rescató ayer por la mañana los cuerpos de los 11 miembros del retén forestal que perecieron a mediodía del pasado domingo. La operación, en la que se emplearon dos helicópteros, duró casi dos horas, dado lo escarpado de la zona donde se vieron sorprendidos por las llamas que intentaban apagar.

Los primeros cadáveres fueron recuperados sobre las nueve de la mañana y trasladados al tanatorio Nuestra Señora de La Antigua, en Guadalajara. Dos de ellos estaban en el interior de uno de los cinco vehículos siniestrados y otros tres, junto a otro vehículo. El sexto fallecido fue hallado a las diez de la mañana en un tercer vehículo, mientras que los siete restantes estaban repartidos en dos camiones y fueron localizados a las 10.20.

Mientras, los familiares de los fallecidos esperaban en un céntrico hotel de Guadalajara, donde recibieron el apoyo de 17 psicólogos de Cruz Roja, Protección Civil y el servicio sanitario de Castilla-La Mancha (Sescam). También se incorporaron cinco facultativos del Samur, dependiente de la comunidad de Madrid.

Los fallecidos tenían entre 24 y 52 años y eran naturales de Guadalajara capital y de las localidades de Cogolludo, sede del retén, Balconete, Cifuentes, Jadraque, Arbancón y Humanes. La mayoría tenía larga experiencia en la extinción de incendios.

Sobre las 11.30, agentes de la Guardia Civil especializados en la identificación de cadáveres se acercaron al hotel donde aguardaban las familias. Sólo dos de las víctimas estaban identificadas. Se trataba del jefe del retén, Pedro Almansilla, de 54 años, y de su segundo, Alberto Ceviñán. Al resto se le debía practicar la prueba de ADN. Para ello, se tomaron muestras de saliva de los parientes más cercanos.

"Nos vamos a volcar en la atención a las familias", aseguró el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

Barreda agradeció "la dedicación y profesionalidad" de quienes participaron en la lucha contra el fuego. Después, hizo un relato pormenorizado del incendio. El primer aviso, según explicó, se recibió en el teléfono de emergencias 112 de Castilla-La Mancha a las 14.44 del pasado sábado. Fue la Guardia Civil la que alertó de un fuego en el municipio de Riba de Saelices.

"Desde el primer momento se actuó con celeridad y buena coordinación entre la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara y la Diputación", aseguró el presidente.

La primera dotación de bomberos, formada por un retén y un camión autobomba de Mazareta, llegó a las 15.17. La primera unidad heliotransportada, procedente de Carduente, estaba en el lugar del siniestro a las 15.25. Unos 20 minutos después, a las 15.47, siempre según Barreda, llegó el primer helicóptero Kamov, capaz de arrojar gran cantidad de agua sobre las llamas. Después se sumaron un hidroavión y dos aviones de carga de agua en tierra, además de camiones autobomba y maquinaria pesada para construir cortafuegos.

Las llamas se vieron beneficiadas en su rápida propagación por tres factores: los fuertes y cambiantes vientos, de hasta 50 kilómetros por hora, las altas temperaturas, de más de 30 grados, y la escasa humedad relativa del aire, que no superó el 50%.

El fuego, explicó Barreda, avanzó en tres direcciones de manera simultánea. Así, el frente de Tobillos alcanzó los seis kilómetros y los de Santa María del Espino y Cobeta, cuatro cada uno. "El perímetro del fuego llegó a los 40 kilómetros lo que dificultó las tareas de extinción", añadió.

Barreda señaló la imprudencia como causa probable del incendio. Un grupo de excursionistas encendió una barbacoa en el suelo de un área recreativa, junto a la Cueva de Los Casares, aunque fueron advertidos de que no lo hicieran y disponían de barbacoas de obra. Las agujas de los pinares hicieron de yesca y las llamas se propagaron a gran velocidad.

Las alrededor de 12.000 hectáreas devastadas por el fuego estaban formadas por pino resinoso y robledal, además de cereal y pastos. Unas 2.400 pertenecen al Parque Natural del Alto Aragón y otras 1.600 a su zona perimetral, en los municipios de Riba de Saelices, Santa María del Espino y Villarejo de Medina.

Barreda admitió ayer tarde que el incendio se había reactivado en la zona del barranco de Ablanquejo y avanzaba de nuevo hacia el parque natural, a pesar del despliegue "sin precedentes" de medios empleados para combatirlo, lo que obligó a desalojar a los 120 residentes en Cobeta.

Unos 400 vecinos fueron desalojados durante el fin de semana, pero la mayoría regresaron a lo largo del día de ayer a sus casas.