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Columna
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La ocasión única

Ha sido una suerte que el Museo Fabre de Montpellier permanezca cerrado por reformas. Por tal motivo, algunas de las piezas de su colección permanente se pueden ver en estos momentos en Bilbao, en la sala de exposiciones del BBVA (plaza de San Nicolás, 4).

La muestra lleva por título De Rafael a Degas. Pintura, dibujo y escultura del Museo Fabre de Montpellier. Hay obras de altísima calidad plástica. Sin orden de prelación podemos mencionar las dos obras de Zurbarán, sobrias de color y firmeza de líneas, con el añadido sutil de la riqueza de los matices en los ropajes. El óleo de José Ribera, Santa María Egipcíaca, es de un patetismo conmovedor, lleno de fuerza contenida.

Muy atractivo y sugerente resulta el óleo sobre lienzo de Nicolas Poussin (el más importante de los maestros "académicos", quien hiciera de Roma su patria adoptiva), por la arrobadora iluminación nocturna que envuelve toda la escena amorosa entre Venus y Adonis. Alegre y festiva es la escena cotidiana que pinta el holandés Jan Steen. Como resulta intimista otra escena no menos cotidiana de su compatriota Gabriel Metsu, cuya pieza, Hombre joven escribiendo una carta, recuerda sobremanera al mejor Rembrandt. Bello, suntuoso y verista el óleo de Domenico Zampieri "Domenichino", que lleva por título Retrato del cardenal de Bonsy.

En un momento del recorrido exposicional percibimos la presencia de tres esculturas. Dos en mármol blanco y una en terracota. El autor es Jean-An-toine Houdon (París, 1741-1828). La pieza de terracota se alza sobre las otras. Se trata de una escultura sobre el filósofo Voltaire (París, 1694-1778). Formidable el instante captado, donde nos presenta un Voltaire sentado, con su rostro que es un modelo de inteligencia, picardía e ironía máximas reunidas en terracota. En suma, una excelente escultura.

Mas no podemos olvidarnos del cuadro de Delacroix: una escena de Marruecos, donde la sabia coloración y, sobre todo, el movimiento impostado en la obra son modélicos. A destacar las pinceladas sueltas, impresionistas y vigorosas que aparecen vivas en el óleo de Berthe Morisot. También vale la pena pararse a admirar las pequeñas obras de Courbet, Corot y Monet.

La obra de Degas es curiosa por la desmaterialización del óleo y la extraña concepción espacial teatralizante que surge entre escena de la mujer con el niño en brazos del primer plano y el paisaje del fondo.

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La exposición De Rafael a Degas... del Museo Fabre de Montpellier permanecerá abierta al público hasta el 24 de julio. Los aficionados al arte no se la pueden perder. La ocasión es única.

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