"El espacio de salud ha generado dependencia"
No es médico, pero habla de lesiones, epidemias, virus, síndromes, dolencias y sus prescriptivos remedios con total propiedad. No en vano, Manuel Torreiglesias (Puentedeume, A Coruña, 1941) lleva desde enero de 1997 al mando de la revista diaria de salud Saber vivir (TVE-1, 10.15). Décadas antes, en 1973, había inventado Escuela de salud, programa donde inició su labor educativa en pro de mejorar las facultades físicas y mentales de los espectadores. Hace dos meses, Antena 3 intentó contrarrestar los buenos índices de audiencia de Saber vivir -una media esta temporada del 26,5% y 600.000 seguidores- con un formato similar y en idéntica franja horaria pilotado por el doctor Bartolomé Beltrán. Hasta ahora, el esfuerzo de la cadena privada ha sido inútil.
Pregunta. Nueve temporadas, casi 1.600 emisiones, 400.000 consultas a más de 800 profesionales... Las cifras son muy elocuentes.
Respuesta. Sí, sí. Este proyecto ha cumplido muy bien con las expectativas, además de convertirse en locomotora de muchas cosas...
P. ¿A qué se refiere?
R. Por primera vez, Saber vivir no va a descansar en vacaciones. Ha sido una petición de Pablo Carrasco, directivo de TVE, que me confesó que sus padres no se pierden una emisión. Creo que el espacio de salud ha generado una dependencia no exenta de cariño. En verano se necesita más energía positiva, y para mucha gente mayor puede ser una buena compañía.
P. ¿Qué rumbo seguirá la edición estival de la revista de salud?
R. Será competitiva, interesante y más fresca. Empezará con una tabla de gimnasia al aire libre, seguirá con reportajes en playas o montañas, consejos para evitar picaduras, insolaciones o accidentes, recetas sanas, recomendaciones para ahorrar agua o evitar incendios. También recogerá testimonios de miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).
P. Desde que se estrenó han pasado por RTVE seis directores generales, y ahí sigue, incombustible. ¿Saber vivir y el señor Torreiglesias no entienden de ideologías?
R. He conocido a Mónica Ridruejo y a Carmen Caffarel, pasando por López Amor, y jamás he recibido orientaciones o llamadas de atención. La actitud siempre ha sido de cariño y respeto.
P. ¿A qué atribuye usted la buena estrella del espacio?
R. Hay varias recetas, como explicar las cosas de manera sencilla y estar muy cerca del público. También intentamos poner amor a todo lo que hacemos y decimos.
P. ¿Los españoles somos hipocondriacos?
R. No, pero practicamos el deporte de la automedicación, sobre todo en lo referente a analgésicos y fármacos para la mala digestión.
P. Usted no es médico, pero lo parece. ¿Qué opinión le merecen Hospital Central o Urgencias?
R. Yo estudié magisterio y filosofía pura y fui profesor antes de entrar en TVE como ayudante de realización. Creo que las dos series están resueltas con rigor, y sus contenidos son positivos y no alienantes como otros productos deplorables que emiten algunas cadenas.
P. ¿Le gustaría dar algún consejo saludable a su rival el doctor Bartolomé Beltrán?
R. Vi los primeros programas, y a mi juicio pecaban de exceso de contenidos, pero me alegro de que exista otro espacio de salud, aunque la audiencia de la mañana es la que hay y nosotros tenemos un público muy cómplice.
