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Kapuscinski considera que el fracaso del hombre es "su incapacidad de entender" lo diferente

El escritor y periodista polaco, doctor 'honoris causa' por la Universidad Ramon Llull

"La guerra es una derrota para la humanidad porque, además de poner en tela de juicio la bondad y la inteligencia, manifiesta el fracaso del ser humano: su incapacidad de entenderse con otros, de ponerse en su piel". Estas palabras forman parte del emotivo discurso pronunciado ayer por el escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski (Pinsk, 1932) después de ser investido doctor honoris causa por la Universidad Ramon Llull, en Barcelona.

El impulsor de este homenaje es el decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Miquel Tresserras, que definió al corresponsal como "uno de los referentes periodísticos más admirados del planeta". Fiel a su humildad, Kapuscinski -que ya acumula siete honoris causa- declaró estar "orgulloso" por el título recibido y sentirse "honrado" de poder "formar parte de la comunidad universitaria e, indirectamente, de la ciudadanía barcelonesa".

La rectora de la universidad, Esther Jiménez-Salinas, destacó "el compromiso, la responsabilidad y la maestría" de un reportero que durante 40 años arriesgó su vida para presenciar algunos de los acontecimientos más relevantes del siglo XX, como el proceso de descolonización de África. Se trata de un hombre que "ha profundizado tanto en sus viajes", dijo, "que ha llegado a sentirse extranjero en su propia tierra". Con todo este bagaje, añadió,"ha desarrollado", sobre todo a partir de su jubilación, en 1981, "un periodismo literario de muy difícil clasificación", del que destaca su forma poética.

Kapuscinski, autor de El Sha, Ébano y Los cínicos no sirven para este oficio, entre otros libros, concluyó su discurso haciendo un llamamiento a la empatía: "Mi experiencia de convivir con otros, muy remotos, durante largos años me ha enseñado que la buena disposición hacia otro ser humano es esa única base que puede hacer vibrar en él la cuerda de la humanidad". La ovación se prolongó durante casi cinco minutos.

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