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LOS PROBLEMAS DE LOS AYUNTAMIENTOS

Prohibición o realojo

Las copas que los jóvenes toman en la calle son las mismas que dejan de beber en los locales. Antonio García, secretario general de la Confederación Andaluza de Hosteleros, lo tiene claro: "Las pérdidas son muy difíciles de cuantificar, pero puedo asegurar que son importantísimas. Hemos dejado que el problema del botellón se nos vaya de las manos". Las medidas que el representante de los dueños de establecimientos plantea son simples. Prohibir de forma definitiva el consumo de alcohol en la vía pública. "Lo que necesitamos es una normativa clara y unificadora en las ocho provincias, y que se haga cumplir por la Junta y los Ayuntamientos. Las autoridades deben asumir sus competencias y dejar de pasarse la pelota de un tejado a otro".

"Los ayuntamientos se ven desbordados, pero la Junta tampoco tiene capacidad

Antonio García considera que una de las razones que se han esgrimido para explicar la existencia del fenómeno del botellón, la carestía de los precios de las bebidas alcohólicas en los bares de copas, es "totalmente falsa". Tampoco la solución de los botellódromos parecen adecuada. En teoría, éstos serían espacios al aire libre donde, con las condiciones higiénicas necesarias, podrían hacerse los botellones sin molestar a los vecinos. Para García, con esta medida se quita sentido a la existencia misma de los establecimientos hosteleros. Pero deja una puerta abierta: "Al menos, pedimos que si terminan existiendo, se cierren a una hora determinada para que la última copa se tomase en los establecimientos preparados para ello".

Otro de los colectivos implicados directamente en el problema del botellón es el de los vecinos. Lo primero que se pide desde la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Andalucía (CAVA) es la creación de una comisión permanente en el Parlamento de Andalucía donde pueda escucharse las voces de todas las partes interesadas. Pero a diferencia de los hosteleros, no creen que las medidas punitivas y la simple prohibición de consumir alcohol en la calle sean las soluciones. Así lo piensa su presidente, Antonio Viruez, quien añade que la única vía "pasa por un acuerdo entre todas las partes". Viruez sí contempla la idea del botellódromo como algo factible y pone como ejemplo la experiencia de Córdoba, donde se intenta crear algo así en el recinto ferial de El Arenal. "Sabemos que la gente siempre va a beber en la calle. Queremos ofrecer soluciones sin crear guetos".

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